Astro rojo
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 Raziel

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Batto
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MensajeTema: Raziel   Raziel Icon_minitimeJue Feb 22, 2007 2:33 am

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La historia comienza...
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MensajeTema: Re: Raziel   Raziel Icon_minitimeJue Feb 22, 2007 2:35 am

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Las luces de las velas eran lo único que iluminaba la habitación. Esa luz tenue que bañaba a la elfa del sol, que lloraba con dolor mientras pujaba. Otras esclavas la ayudaban en la tarea con mucho cuidado, como si realmente fuera muy valiosa para su amo como para perderla en el parto.

Un elfo oscuro estaba cruzado de brazos apoyado en una pared, observando distraído la escena, asegurándose de que su esclava saliera bien del parto. Después de todo no era cualquier esclava, no era nada mas ni nada menos que Vanya Arthion… Una noble de la superficie que la había costado muchísimo conseguir. Y francamente su hermosa silueta y todas sus cualidades la hacían única e invaluable en verdad…

El tiempo transcurrió lentamente para el drow, hasta que finalmente asintió al ver que salía un bebe, un varón, de piel mucho mas oscura de lo que debería ser para ser una raza mixta. Asintió complacido al ver su color de piel tan oscuro.

-Lolth seguramente lo eligió para algo importante…- pensó para si mismo con una sonrisa.

“Mi pequeño…” dijo la madre con dolor, al ver su piel tan oscura, llorando de tristeza y alegría a la vez. Ahora era madre, de esa criatura de ojos ámbar, que la miraba con inocencia. Aunque hubiera sido a la fuerza, aunque ese maldito bastardo se hubiera abusado de ella una y otra vez hasta quedar embarazada finalmente… Era su pequeño… su hijo…

Ella trago saliva y lo acepto, sin importar su color de piel y su descendencia, era su pequeño.

“Raziel…” susurro débilmente, el nombre de un ángel le resultaba mas apropiado que cualquier otra cosa. Era su ángel en el medio de este infierno de oscuridad…

“Su nombre será Nebiros…” dijo tajantemente el maestro de armas de la casa Sshamath descruzándose de brazos e irguiéndose, imponiendo su autoridad, como el padre y el amo de la esclava -y por consiguiente, dueño del niño también-

La elfa tragó saliva y asintió sumisa, no tenía voz en esta decisión -ella lo sabia, muy a su pesar- pero él siempre seguiría siendo Raziel para ella, en secreto, cuando nadie pudiera controlarla.

Baelfryn era un ser muy despiadado y cruel, la madre sabia que no podía desafiarlo de ninguna forma, o tal vez perdería no solo a su hijo, sino algo mas…

El drow tenia planes para el pequeño si se desarrollaba como él quería, solo había que tener paciencia y mover las fichas en su adecuado lugar…


Última edición por el Jue Feb 22, 2007 5:44 am, editado 1 vez
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MensajeTema: Re: Raziel   Raziel Icon_minitimeJue Feb 22, 2007 2:52 am

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Capitulo 1: La muerte del alma...



Los años pasaban y Raziel crecía rápidamente, el niño era muy apto, para casi cualquier cosa. Era increíble, dotado con una perspicacia, una inteligencia, una fuerza y una habilidad que muy pocos seres tenían. Juntaba muchísimas cualidades en él. Esto hacia que su madre se sintiera contenta, y asustada a la vez…

Si Raziel era demasiado capaz, iba a llamar la atención de Baelfryn, y si eso sucedía, se lo iban a llevar… ella podía ver que el pequeño tenia la piel totalmente negra como el resto, le costaba creer que era su pequeño teniendo la tez tan oscura, pero podía reconocerlo por su buen corazón. No compartía esa mirada fría y vacía, carente de toda emoción que poseían el resto de los elfos oscuros. Había cierta pureza e inocencia innata en él

Vanya, la madre, estaba preocupada por su pequeño, en los cortos años de vida que habían compartido, constantemente intentaba contarle cuentos, historias, llenar su corazón de esperanzas y sueños. Le relataba sobre la superficie al pequeño drow, llenándolo de alegría y añoranza. Esperaba que esa fuera la llave para salvarlo… no sabia que sucedería con ella, ni cuanto tiempo le quedaba, pero tenía que asegurarse de que su Raziel tuviera una joya de donde aferrarse, algo que brillara cuando todo lo demás se hubiera extinguido.

Pronto todo se extinguiría…









Raziel despertó en el medio de la noche, tenía tan solo 7 años, había escuchado un grito y se asusto, buscó a su madre, pero esta no estaba en ninguna parte.
El niño salió de la habitación para buscarla entre el resto de los esclavos, pero su mami no estaba en ninguna parte.

“Se la llevaron… el amo…” fue la respuesta mas completa que encontró. Raziel no estaba seguro de que hacer… tenia miedo, mucho miedo… sabia que no podía salir del ala de la casa que estaba hecha para los esclavos, jamás había salido de allí salvo para limpiar pisos.

El pequeño a veces solía encargarse de lustrar y limpiar los suelos de algunas habitaciones amplias y simples, la mas llamativa era una que parecía tener altares y estatuas de mujeres y arañas. Ese era el lugar que menos le gustaba, era escabroso, pero lo conocía de memoria… En particular no le gustaba mucho el lugar por que a veces tenia que limpiar manchas de un líquido carmesí que le costaba mucho quitar… Además, muchas veces había escuchado gritos venir de ese lugar… era el lugar que menos le gustaba de toda la casa… le causaba un pavor inconsciente… ese lugar estaba cargado del dolor y sufrimiento de incontables victimas… Raziel podía sentirlo a un nivel subconsciente y sabiamente, le temía…

Su madre siempre le había advertido que nunca se acercara por su cuenta allí, sin importar que sucediera… que nunca fuera a ver aunque escuchara gritos…

Pero esta noche los gritos parecían venir de allí… y parecían ser de ella…

El pequeño tomó una vela y con sus manitos temblorosas la encendió. Su madre siempre le había enseñado que cuando sintiera miedo, debía encender una luz para sentirse mejor. Al pequeño le surtía efecto normalmente, la pequeña llamita le daba esperanzas a pesar de que le hacia doler los ojos. Aun así, normalmente se veía hipnotizado por el nuevo mundo que abría para él todo el espectro de luz… para empezar, todo parecía cobrar vida con la llama, todo adquiría sombras y colores, todo parecía mas vivo y maravilloso, los objetos brillaban. La luz definitivamente era mágica y siempre conseguía sacarle su mejor espíritu… pero hoy no parecía funcionar…

Las sombras, antes juguetonas y amigables, hoy parecían ominosas y amenazantes… cada rincón oscuro parecía albergar unas fauces que querían tragárselo, mas de una vez creyó ver que una sombra intentaba acercársele cuando el tan solo la alcanzaba a ver por el rabillo del ojo.

Raziel se comía las uñas sin saber que hacer, tenia miedo, mucho miedo… estaba hecho un bollito en el rincón de la habitación de ambos, sabia que su madre estaba sufriendo, lo sentía, le dolía, pero no tenia el valor para ir a buscarla y ayudarla. Podía escuchar los cánticos y la ceremonia que se desarrollaba en esa horrible habitación, pero no se atrevía a moverse, incluso pudo escuchar a su madre gemir de una forma extraña, para luego regresar a los gritos de dolor y sufrimiento.

En su corazón la sentía sollozar, pero estaba paralizado en el rincón sin poder moverse. Raziel sentía terror puro y no podía ayudarla…

Las horas transcurrieron horriblemente lento, y finalmente la conmoción pareció calmarse, hasta que Baelfryn entró en la recamara buscando a Raziel con sus ojos rojos entrecerrándose al instante que piso la alcoba.

“¡Ssussun!” lo maldijo en el idioma de los elfos oscuros mientras que se protegía los ojos y buscaba al pequeño en el rincón. Lo maldijo de nuevo cuando apago la maldita fuente del dolor en sus pupilas y luego le dio tres bofetadas, una atrás de la otra hasta que el niño comenzó a llorar.

“¡Silencio!” lo censuro, amenazando con golpearlo de nuevo al ver que sollozaba. Al ver que no comprendía le dio un bofetazo enorme, haciendo que un hilo de sangre se escapara de los labios del pequeño niño.

“Dije que te calles… vuelve a llorar y te arrancare la lengua y los ojos… ¿me oíste?” lo amenazó, y esta vez surtió efecto inmediato, ya que Raziel se cubrió la boca con una mano y cerro los ojos fuertemente, conteniéndose con terror puro ante la idea de que lo laceraran de esa forma.

“Ven Nebiros…” le dijo al pequeño de forma un poco mas amable -algo que no era para nada bueno-. Raziel trago saliva e hizo fuerza para no llorar, porque sabia que sino, le iría peor que recibir bofetazos.

El drow comenzó a caminar hacia la salida. Raziel no se atrevía a preguntar por su madre ni por nada, su amo le había ordenado que fuera con él, no podía negarse de ninguna manera así que con miedo y todo, se puso de pie, siguiéndolo sin dudar.


Última edición por el Jue Feb 22, 2007 5:44 am, editado 1 vez
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MensajeTema: Re: Raziel   Raziel Icon_minitimeJue Feb 22, 2007 5:10 am


El maestro de armas de la casa Sshamath se dirigió hacia la capilla de la casa, las estatuas y grabados de arañas y Lolth estaban en todas partes, cada vez se sucedían más a menudo a medida que se acercaban al lugar.

Raziel observó la luz de fuego detrás de una puerta, a él no le quemaba los ojos tanto como al resto de los drow, apenas lo molestaba un poco, lo sabia porque veía a Baelfryn ahora entrecerrar sus ojos a medida que se acercaba a la luz, aun a pesar que estaban prácticamente en la penumbra.

Las puertas de piedra se abrieron dando paso a esa temida habitación, que ahora tenia a varias personas allí. Todos los importantes de la casa estaban allí reunidos en una especie de ceremonia extraña, que Raziel nunca antes había presenciado.

Las paredes de obsidiana negra tenían arañas en muchas partes, parecía un hervidero de ellas, caminaban por toda la parte alta de la habitación, perdiéndose en la oscuridad mas arriba. A pesar de que la luz no alcanzaba a alumbrar allí, todos podían notar la maraña de telarañas que estaban por todas partes en lo alto de la capilla, casi podía escucharse el murmullo de los insectos.

La matriarca se encontraba sentada en su trono negro, con enormes patas de araña saliendo del respaldo, inclinándose hacia delante, todas las garras apuntando hacia el pobre infeliz que se situaba en las escalinatas que llevaban hasta ese reservado y preciado lugar.

Justo frente al trono en el que estaba sentada dicha mujer, había una enorme pira, en la que había un ser demoníaco horrible, que estaba mezclado entre las llamas. Raziel se paralizo de terror con solo verlo, era la cosa más asquerosa y atemorizante que había visto en su vida. Su mera presencia en el lugar le daba más miedo que todo lo demás…

Eran llamas y oscuridad, ojos que salían de las sombras, todos los ojos estaban en la profundidad de la oscuridad de la habitación. El demonio parecía cambiar de forma y observarlo con detenimiento, Raziel jamás había sentido tanto miedo… Era tal que no podía moverse, no podía respirar, solo sentía un horror sin barreras.

Todo lo demás parecía perder sentido y coherencia, tan solo podía ver al demonio y a las llamas, parecía estar mirándolo de lado, jugueteando con el fuego y el miedo del pequeño. Los ojos salían de las sombras, ojos rojos como la sangre que se movían de un lado al otro, algunos parecían mirar fijamente a Raziel mientras que otros actuaban incoherentemente, jugueteando con el entorno y observándolo todo.

Raziel P11237118


Raziel solo podía temblar, temblar y tener miedo, solo quería salir de ese horror, desaparecer en un agujero negro, morir tan solo para no tener más miedo. ¿Pero donde estaba su madre?

¿Donde estaban todos?

Raziel sacudió la cabeza y parpadeo, ya no había llamas, ya no había ojos ni demonios… toda la sala se encontraba en silencio. La matriarca seguía allí, sentada, con una sonrisa macabra mientras que parecía estar muy entretenida observando algo en el suelo que el joven no alcanzaba a ver, tal vez estaba mirando el altar que estaba detrás de la enorme fuente en la que hace unos momentos estaba el fuego, Raziel no podía verlo, pero sabia que estaba allí, conocía el lugar.

El resto de los nobles de la casa se habían ido del lugar, dejándolo solo con aquella horrible mujer y Baelfryn, que estaba detrás de él.

"Ya salio del shock mi señora…" dijo fríamente el drow.

"Perfecto… Tráelo Baelfryn…" dijo la Valsharess, la reina, la matriarca, con un interés que iba en crecimiento mientras que se acomodaba en su trono para mirarse las uñas mejor.

Raziel tembló de miedo mientras que el hombre lo tomaba del brazo y se disponía a llevarlo hacia donde estaba la matriarca. El pequeño drow intento resistirse pero el adulto le dio otro bofetazo que hizo que Raziel por unos segundos estuviera aturdido de lo fuerte que le habían pegado. Sintió como lo alzaban y finalmente lo tiraban al suelo, cayendo sobre algún líquido resbaladizo.

El pequeño frunció el ceño pero de repente lanzo un pequeño grito de horror al darse cuenta de que estaba en un charco de sangre. Un grito que fue interrumpido por la orden agresiva de la matriarca.

"¡SILENCIO!" dijo mirándolo con una furia que hizo que Raziel empezara a sollozar en silencio, internamente, mientras que la observaba, hecho un bollito en el suelo.
Lo había arrojado al lado del altar que estaba detrás de la pira ceremonial. El charco estaba todo alrededor del altar de piedra, en el que había algo, pero al estar mas alto que la línea de visión del chico, no podía saber que era.

"Muy bien…" dijo la matriarca, en un ronroneo, complacida al ver que el chico se había callado al instante en vez de ponerse peor.

"¿Sabes por que estas aquí?" le pregunto la Valsharess mientras que se ponía a mirar sus hermosas uñas de nuevo. Le encantaba mostrar que le importaban mas sus uñas que la basura con la que estuviera hablando.

Raziel negó con la cabeza y la matriarca clavo sus ojos rojos en él, la furia volviendo a escapar de sus orbes carmesí.

"Cuando te haga una pregunta, me responderás en voz alta… sin titubear ni llorar… fuerte y claro, y me dirás señora siempre que te dirijas a mi…" le dijo en un tono muy poco amable "¿Te quedo claro mi pequeño Nebiros?" le pregunto, ahora su voz sonando dulce y suave como terciopelo.

Raziel trago saliva y asintió juntando coraje y fuerzas internas "Si señora" le dijo sin titubear.

La matriarca junto sus manos rápidamente en un único aplauso. "Esplendido…" dijo felicitándolo y mirando de reojo al maestro de armas de la casa, con una sonrisa macabra.

"De pie, Nebiros…" le ordenó la mujer mientras que ella también se ponía de pie para descender las escaleras que llevaban a donde él se encontraba.

El pequeño se puso de pie al instante, tragando saliva y limpiándose las lágrimas rápidamente, sabía que si se equivocaba lo iban a hacer pedazos.

Sobre el altar había una silueta cubierta con una manta negra. A pesar de la tela oscura, se podía ver el color carmesí de la sangre que la había manchado, seguramente proviniendo del cuerpo inerte que estaba debajo de ella. El drow tragó saliva al notar el cuerpo inerte.

La matriarca pareció sonreír y deleitarse ante el gesto del joven y se acerco para tomar su rostro entre sus largos, finos, delicados y hermosos dedos que terminaban en uñas en punta, como garras. Lo tomó del mentón, y las uñas de la mujer eran tan filosas que casi se hundían en la carne del pequeño, que parpadeaba rápidamente intentando contener sus miedos y emociones.

"Debes tener miedo Nebiros… pero no debes mostrarlo… jamás… o te harán pedazos…" le aconsejo la mujer y el pequeño asintió en silencio.

Al sentir las uñas de la Valsharess empezando a hundirse en su piel hasta sacar sangre lanzo un leve gemido de dolor.
"Si… si señora…" le dijo al entender cual había sido su error.

La mujer sonrió al ver que había comprendido sin que ella gastara saliva y lo soltó. Al ver que el chico empezaba a llevar sus manos hacia su rostro ella negó con la cabeza con desaprobación.

"Ah-ah… no querido, hacer eso es una falta de etiqueta y compostura…" le dijo con una sonrisa arrogante, con una voz que parecía el ronroneo de un gato de lo seductora que era.

Raziel instantáneamente se detuvo y bajó los brazos, manteniéndose firme y mirando a la mujer.

"Aquí tu padre…" dijo mientras que extendía una mano hacia Baelfryn "Dice que eres muy hábil…" dijo la matriarca, al parecer un poco aburrida por toda la situación.

"¿En que se supone que es hábil esta basura, Baelfryn?" le preguntó la Valsharess mientras que caminaba alrededor de Nebiros, intentando enervarlo solo para divertirse, mientras que lo miraba de arriba abajo.

"A decir verdad señora, es muy hábil en casi todos los campos que lo he visto…podría ser desde un mago hasta un guerrero, de un asesino a un diplomático… pero es excepcionalmente ágil y perceptivo…" dijo el hombre

"Ya veo…" dijo la drow sonriéndose levemente, poco convencida por las alabanzas del maestro de armas. "Muy bien… demuéstralo…" le dijo mientras que volvía a subir las escalinatas para sentarse en su trono. Se dispuso a observarlos posando su hermoso rostro sobre la palma de su mano derecha. Su mano izquierda tamborileaba el apoyabrazos de obsidiana, sus filosas uñas haciendo un ruido enervante de impaciencia.

Baelfryn sonrió y avanzo hacia las escalinatas para hincarse y bajar la cabeza respetuosamente. "Si mi señora…" con sigilo sacó una moneda de su bolsillo y se dio media vuelta, arrojándosela a Raziel que reflexivamente estiro su mano y la atrapo antes de que esta llegara a su rostro.

La drow observó aburrida, pero pronto su expresión cambio al ver que Baelfryn le arrojaba una moneda tras otra directo al cuerpo y el pequeño rápidamente empezaba a atraparlas a todas, una atrás de la otra a una velocidad que bordaba el límite de la capacidad. Realmente no estaba segura ni de si Baelfryn podría hacer algo así…

Aun así, pronto comenzó a aburrirse, hasta que Baelfryn de repente en su ultimo lanzamiento cambio una moneda por la daga que tenia en el cinto, arrojándola directo a la cara del pequeño. La Valsharess casi se puso de pie al ver la daga volar, y casi se le escapo una exclamación de sorpresa al ver que el pequeño de tan solo seis años había echado su cuerpo hacia atrás un poco y había tomado la daga antes de que lo atravesara.

"Veo que realmente eres ágil…" concedió la mujer poniéndose de pie. "Pero aun es hijo de esa elfa…" espeto con cierto asco, la elfa de la superficie había sido desafiante hasta el final, por más que hubiera gritado de dolor hasta morir en manos del demonio.

"Podrá ser ágil, fuerte, inteligente, perceptivo y todo lo que desees, macho, pero si no tiene el carácter necesario para ser un drow… no servirá… no será fuerte de verdad…" dijo la matriarca, pensativa, mientras que lo observaba fijamente al pequeño.

Raziel tragó saliva y bajo un poco la vista, sentía miedo, pero no tenía que mostrarlo. Tenía miedo de morir… pero si temblaba lo iban a hacer pedazos, justo como esa mujer le había dicho. Se paró firme y alzó la vista para mirarla directo a los ojos, escondiendo todas sus emociones para evitar que le hicieran algo malo.

La sonrisa que esbozo la Valsharess fue una de triunfo. Tal vez realmente el pequeño tenía un futuro.

"Muy bien Nebiros…" dijo la mujer poniéndose de pie y comenzando a descender de nuevo. "Esta será tu prueba de fuego…" dijo la mujer sonriéndose con malicia. "Tienes que hacer algo muy simple…" dijo sacudiendo una mano como quitándole importancia a lo que iba a tener que hacer.

"Lo que tienes que hacer ahora, es algo básico para tu supervivencia…" le dijo la matriarca, intentando darle una lección para su vida y a su vez, una amenaza sutil sobre lo que pasaría si fallaba.

Raziel trago saliva y la mujer le dio un bofetazo que le hizo un par de cortes en el rostro, por las uñas filosas que tenia.

"¡NO MUESTRES EMOCIONES!" le gritó la mujer mirándolo con severidad.

"Si la gente puede leerte fácilmente, sabrán como acorralarte… y una vez que te tengan entre sus garras… te harán pedazos" le dijo para luego cerrar los ojos un instante y serenarse; toda la furia que había antes se había esfumado.

"Como decía…" dijo haciendo un gesto con la mano, y sonriendo al ver que la sangre manaba de los cortes y el niño ni siquiera se mosqueaba, ni siquiera intentaba observar la herida, ni emitía quejidos, ni movía sus manos.

"Lo que debes hacer es bastante simple… primero, le quitaras la manta negra al cuerpo que esta allí…" dijo con tranquilidad.

"Si veo… una… solo… una emoción de pánico, llanto o algo por el estilo… te aseguro que acabaras peor…" lo amenazó la drow.

Raziel asintió "Si señora…" le dijo sin titubear.

"Luego…" dijo la drow sonriendo, mientras que llevaba sus garras a su mentón, pensando que seria mejor hacerlo hacer para quebrarlo.

Su dedo índice tamborileaba sobre sus labios mientras que miraba al pequeño y luego el altar.
"Ya se…" dijo tomando una daga ensangrentada que estaba sobre el altar y tendiéndosela a Raziel, que la tomó entre sus diminutas manos.

"Luego… harás un corte en el pecho de esa persona… y buscarás su corazón… se ve así…" le dijo la drow, extendiendo una mano y fabricando a través de su voluntad una ilusión totalmente creíble sobre como se veía un corazón de verdad . Raziel pareció por un instante perder la compostura, pero la recobró rápidamente.

"Una vez que lo tengas entre tus manos… la escupirás en la cara… a quien sea que este ahí debajo" dijo la mujer, sonriendo divertida mientras que imaginaba la situación.

"Y luego traerás el corazón… y lo dejaras en las brasas, para que el demonio lo devore luego…" dijo la drow.

Raziel asintió de nuevo "Si señora…" era una pesadilla para el chico, pero no quería morir… no sabia que pensaría su madre sobre esto… pero el no quería morir allí… no quería morir…

La matriarca sonrió complacida por la prueba que le había dejado, mientras que subía las escaleras y se sentaba en el trono. Las brasas volvían a arder levemente, un pequeño fuego anaranjado y sobrenatural se alzaba. Dissanth, el demonio, estaba observando atento la escena.

"Un ultimo consejo, pequeño…" dijo la matriarca mientras que terminaba de acomodarse en su asiento. "Cuando quites la manta… pregúntate que es mas importante… sobrevivir… o las basuras emocionales y débiles que te enseñaron…" le dijo la Valsharess.
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MensajeTema: Re: Raziel   Raziel Icon_minitimeLun Feb 26, 2007 8:01 pm


Raziel miro la daga y luego el altar, para finalmente volver a mirar a la mujer.
“Ahora… ve” le dijo la mujer y Raziel asintió obedientemente “Si señora…”

La mujer espero pacientemente mientras que el pequeño quitaba la manta de encima del cuerpo. Cuando vio la piel blanca, sintió temor por un instante, pero cuando le quito totalmente la manta de encima, Raziel verdaderamente se horrorizo.

Era ella… era su madre… muerta… Raziel iba a tragar saliva pero se le hizo un nudo en la garganta, iban a escapar lágrimas, pero cerró sus ojos. Iba a soltar el cuchillo pero sus manos lo aferraron aun más fuertemente cortando el flujo sanguíneo de sus dedos por instantes.

La matriarca sonreía desde su asiento mientras observaba cada una de las reacciones del joven. Si bien, era cierto que había fallado al esconder sus emociones… también era cierto que ella hubiera esperado que gritara y se largara a llorar. Había sido una prueba injusta, mucho más allá de las capacidades del chico. Pero realmente la había sorprendido.

Parecía ser que la verdadera habilidad de Nebiros era sorprender a la gente -pensó para si la vieja drow- La matriarca se dijo a si misma que si realmente cumplía lo que ella le había pedido, sin perder la compostura, realmente lo aceptaría.

“Xun izil dos phuul quarthen, lueth dro” dijo la matriarca y luego se lo tradujo al elfico.

“Has lo que se te ha ordenado… y vive…”

Raziel abrió sus ojos para observar a su madre, apenas si podía reconocer su rostro… estaba toda llena de cortes… donde debían estar sus ojos solo había un hueco lleno de sangre… sus tripas estaban todas esparcidas sobre su vientre, parecía que algo se la había estado devorando y la había dejado antes de terminar.

Sentía algo gélido que empezaba a recorrer su cuerpo mientras que alzaba un poco tembloroso, la daga entre sus manos.

Raziel P11249618


Lo sintió reptar por su piel, como una caricia helada, hasta que de repente escuchó una voz profunda, gutural, agresiva y totalmente terrible, en su mente.

“HAZLO” le dijo y Raziel dudó por unos instantes, pero finalmente cerró sus ojos y el cuchillo descendió con fuerzas hasta hundirse en el cuerpo inerte. La matriarca esbozo una sonrisa mientras que el pequeño con mucho esfuerzo y los ojos cerrados, hacia fuerza para abrir un poco el pecho de la mujer. De forma invisible y sin que nadie lo notara, el demonio guiaba las manos inexpertas de Raziel para que pudiera lograrlo sin titubear estupidamente.

Toda el alma del pequeño estaba llorando mientras que con los ojos cerrados metía su mano adentro de su madre y hurgaba hasta encontrar el corazón. Tuvo que abrir los ojos para cerciorarse de que realmente era el órgano aunque en su mente, Dissanth hizó aparecer la imagen del corazón que había visto antes para que fuera mas fácil reconocerlo.

Tragó saliva lo más silenciosa y discretamente que pudo mientras que con muchísimo esfuerzo lo quitaba de adentro. Se estaba por bajar del altar cuando escuchó la voz de la matriarca.

“Ah-ah…Me parece que estas olvidando algo Nebiros…” le dijo sonriéndose con malicia mientras lo observaba. El joven parecía estar llorando aunque muy discretamente, pero lo hacia de todas formas… ya se apagarían sus emociones y se volvería mas fuerte… Cuando realmente pudiera vislumbrar sus objetivos y no dejara que estupidas nociones de vínculos se pusieran en el medio, entonces se volvería verdaderamente digno de ser un drow… Tomaría tiempo, pero ya lo aprendería… si era capaz de hacer esto, la matriarca estaba segura de que lo aprendería…

Raziel suspiró y entre lágrimas que luchaba por contener miró al rostro sin vida de su madre y dudo por unos instantes, mientras que Dissanth implantaba en su pequeña y manipulable mente la noción de que su madre ya estaba muerta y no había nada que hacer por ella… pero si el vivía hoy, podría hacer algo al respecto en el futuro. Cualquier acto era aceptable ahora para mantenerse con vida…

Finalmente la saliva escapo de su boca, cayendo débilmente en el pecho de la mujer.

El pequeño suspiró con muchísima tristeza y caminó apresuradamente hacia la hoguera, entre las llamas podía ver unos ojos rojos, felinos, que parecían formarse con el fuego y lo observaban fijamente a medida que el se acercaba.
La velocidad de Raziel disminuía cada vez mas, acercándose con cautela al fuego que parecía crecer por cuenta propia.

Una vez que estaba frente al fuego, la matriarca se puso de pie.

“Muy bien, cariño…” le dijo sonriendo triunfal. “Ahora solo falta la ultima parte… repite tras de mi…” le dijo mientras miraba las llamas.

“Dissanth…” dijo la drow
“Dissanth…” repitió Raziel mientras que los ojos rojos, frenéticos y asesinos del demonio, se clavaban en él al pronunciar la palabra.

Rápidamente el demonio se puso manos a la obra, intentando torcer un poco las palabras de la matriarca para que se adecuaran a sus objetivos… era arriesgado pero solo tenia que sugerirle mentalmente que agregara un pequeño fragmento… después de todo improvisar no estaba mal… le hacia creer a la matriarca deliberadamente, aunque el sabia lo contrario.

“Yo te ofrezco esta vida, este corazón puro… su sangre, mi sangre… es tu sangre…” dijo la mujer observando al joven para el deleite del demonio, había funcionado y ni siquiera lo había notado.

“Yo te ofrezco esta vida, este corazón puro… su sangre, mi sangre… … es tu sangre…” dijo Raziel, titubeando por el final

La matriarca aplaudió una vez, de nuevo.
“Ahora déjalo EN el fuego… no importa si te quemas las manos… ¿Escuchaste Nebiros? Déjalo dentro de las llamas…” le ordeno duramente al drow

Raziel suspiro y mientras observaba a los ojos rojos asesinos que estaban en las llamas y empezó a estirar sus manos ensangrentadas hacia el fuego, con lagrimas en los ojos.

Los orbes rojos estaban clavados en los de él y volvió a escuchar esa potente voz, fuerte, imponente, que hacia parecer a la matriarca un insecto.

“¿Quieres ser fuerte, Raziel?” le preguntó, sonando despectivo cuando se refirió a el por su nombre. El pequeño asintió casi imperceptiblemente mientras que seguía acercando sus manos a las llamas.

“¿Quieres matarla verdad? Vengar a tu madre… ¿Verdad?” prosiguió la bestia de fuego.

Raziel asintió mientras que las llamas empezaban a hacerle daño por la proximidad, pero seguía acercándose, como hipnotizado por esos ojos rojos.

“Entonces dámelo… y sella este pacto… dame el corazón y llénate de odio… vive una vida indigna… sírvela a ella y tenle miedo para sobrevivir… huye de tu propia consciencia… huye para vivir… aferrate a la vida… detéstala… ódiala… para hacerte fuerte y algún día hacerla pedazos…”

Raziel asintió poniéndose serio mientras que estiraba sus manos hacia el fuego, mirando con determinación a los ojos del demonio, que cada vez parecían crecer más

Ni bien las llamas tocaron sus manos, vio con horror como empezaba a reptar por su piel una llama rojiza, que se extendía por su carne, pero no lo quemaba. Era como una serpiente de fuego que ascendía por ambos de sus brazos, como si fuera un tatuaje de fuego que iba extendiéndose, hasta llegar a su pecho.

En su pecho el fuego fue formando una espiral, y pronto las llamas ya no le hacían daño. Pronto las líneas de fuego parecían terminarse, ya que podía ver las “colas” reptando por su brazo hasta llegar a su pecho, donde terminaban de formar un enorme simbolo, parecido a una espiral, con espinas que salian de ella, formando horribles y deformadas runas rojizas, que brillaban intensamente, el simbolo ocupaba gran parte de su torso.

Raziel sintió una puntada de dolor cuando el fuego se quedo estático, sellándose en su piel como si fuera un tatuaje, quemado en la superficie de su cuerpo, de un color negrusco, increíblemente notorio a pesar de que su piel era totalmente negra. Era un negro sobrenatural que parecía tragar la luz misma, todo lo que antes habia brillado ahora habia sido tragado por la mas horrible negrura.

A la vez, el joven drow suspiro soltando el corazón, que al instante, se convirtió en cenizas.

La matriarca que observaba desde su silla se preguntaba por que rayos Nebiros se tardaba tanto en finalmente soltarlo. No había percibido todo lo que había ocurrido y el tatuaje había quedado oculto debajo de la ropa del joven. Había sido perfecto a los ojos de Dissanth.

Raziel se sonrió suavemente, sintiéndose mucho más fuerte que antes, más tranquilo y sereno… como si el dolor que antes sintiera, ahora ya no lo molestara, como si los recuerdos de su madre fueran lo suficientemente lejanos para no molestarlo, pero lo suficientemente cercanos como para hacer que sintiera odio por su perdida. El pequeño soltó un profundo suspiro de alivio y se volteo para mirar a la matriarca.

La mujer lo estudió por unos instantes, mientras que se percataba de que el niño en verdad parecía diferente… ¿Realmente el sacrificio había sido algo tan duro como para enfriarlo tan rápido?

“¿Como te sientes ahora Nebiros?” le pregunto la matriarca, estudiándolo.

“Mas fuerte…” respondió sin dudar el joven, serio, clavando sus ojos en la mujer. Unos ojos amarillos intensos, había algo realmente inquietante en su mirada…

La mujer lo estudio durante unos instantes, pero finalmente soltó una carcajada mientras que daba aplausos pausados.

“Dicho como un verdadero drow…” dijo la matriarca con una sonrisa siniestra. “Ahora ve… llévalo a su nuevo hogar Baelfryn… esta a tu cargo…”

Raziel hizo una reverencia mirando fijamente a la mujer, con un odio latente, era fuego en su mirada.

“Señora…” dijo despidiéndose apropiadamente, para luego darse media vuelta sin dudar y dirigirse a la salida.

A medida que se alejaba del lugar y se perdía en la oscuridad, la sonrisa de confianza de Raziel aumentaba, sus ojos amarillos brillando en la oscuridad. Sus puños apretados, sus uñas clavándosele en la piel hasta hacer que manara su sangre.

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Raziel
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