Astro rojo
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 Cordura de un demente

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Lucie de Bélancourt
Doctora en chancletología
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Lucie de Bélancourt


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MensajeTema: Cordura de un demente   Cordura de un demente Icon_minitimeSáb Feb 10, 2007 12:11 am

El pasillo estaba totalmente oscuro, sólo se escuchan unos pasos. Una mano se posó sobre un interruptor y después de varios parpadeos, la luz se encendió, iluminando el corredor con cierta delicadeza. Se escuchaba el tintineo de unas llaves que al cabo de un instante hicieron un ligero "clic" al introducirse por la puerta.

El doctor André acababa de adentrarse en su despacho; con parsimonia se sentó en su mullida silla para empezar a trabajar. Sacó un cigarro de su estuche con un ademán ritualista. Lo encendió, escuchando con sumo placer el crepitar del tabaco quemándose. Aspiró una honda calada dejando que el humo inundara sus pulmones durante unos largos segundos, antes de abrir el dossier que se hallaba ante sus ojos: Rémy Lefou.

Empezó a separar los papeles...Entre los diferentes diagnósticos... esquizofrenia...paranoia compulsiva etc.... una hojas le llamaron poderosamente la atención:


Ya han pasado largos años desde que me sucedió aquello... pero me sigue obcecando, obsesionando... siempre en mis sueños...en mi vida, me rodea..la veo...aparece... su boca, sus labios, sus curvas....
De ese día me ha quedado un profundo surco de miedo en el espíritu... Tu piel tersa...
Sí, sufrí un terrible sentimiento de sorpresa cuando te ví... cuando te acercaste... tus ojos....
Fue tan penetrante que aún hoy permanece en mi cabeza... Cierro los ojos y te vuelvo a ver.... Tu profunda y vacua mirada....

Dicen que estoy loco...¿Yo? ¿Loco?...Oh!...he sufrido, continuamente... fue horripilante... ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me dejaste?... Miedo...confusión... tus mejillas... ¿Aunque será cierto eso?...¿la amé?...¿Llegué a amarte? ¿ La palpé? ¿Te rocé?

Tengo miedo del miedo; miedo de las tergiversaciones de mi alma que se aterra ante la belleza de tus largos y ondulados cabellos que enmarcan tu dulce y suave rostro. Oh! Bella dama me quiebras, me agrietabas...me rompiste...
Dice madre que estoy loco ¿Yo? ¿Loco?... Tu piel sudorosa y fría bajo mis yemas...

Les narraré mi experiencia, tal cual, sin añadir edulcorantes a mi historia... Les aseguro que no estoy loco. Que la he visto, te he tocado... ¿La he tocado? ¿Te he mirado? ¿Por qué todos me miran?...Tengo miedo.

Había acabado la Gran Guerra; Versailles ya había sido escenario de las platicas y discusiones de los gobernantes que habían vuelto a dividir el mundo como si de un juego de infantes se tratara... Yo, ya me había licenciado tras mi labor como oficial del ejército, y estaba empezando a reordenar mi vida.... Confusión... tu piel, mis dedos... A volver a divertirme, después de tener que sufrir los achaques de la vida de un poilu en las trincheras.

Y así fue...Quería divertirme... Quería que cada corpúsculo de mi alma pudiera liberarse del terror a la nada, a la desesperación, a la desaparición; a un Dios del que dudo haya tenido a bien preparar un “después” para su egocéntrica creación.... ¿Miedo? ¿Terror?... Un abrazo.

Una noche nos reunimos... Erais mis amigos... Veo vuestros ojos posarse sobre mí, llenos de ¿compasión? ¡No quiero que me miren! ¡Reíros, Odiadme pero no me miréis!... Tus muslos, tus piernas...dulces ondulaciones...

Había concluido una cena de varones, entre el humo de los cigarros y el incesante ir y venir de las copas que se vaciaban frenéticamente. Las mentes se iban disolviendo paulatinamente entre tantos manjares y brebajes absorbidos y mezclados. Los ánimos se iban caldeando, enfervorizados por cuatro años de suciedad, muerte, oscuridad, ruido.... Las noches en vela... Tu voz...

Recuerdo salir del restaurante... ¡Oh! Maldita líquida ambrosia turbadora... ¡No sé a donde os fuisteis cobardes! Estaba sólo andando por la rue des Traverses...cuando vi aquel local nuevo... Le chatporteur... Semejaba que hubieran arreglado al fin el viejo y ruinoso edificio que se hallaba en aquel lugar... La sensualidad de la fina curvatura de tus senos...

La luz y la calidez aparente llamaron mis sentidos...La noche todavía podía ser joven... Tus suspiros... Entré en aquel candente y animado salón que me recordaba con insistencia a un cuadro de Toulouse-Lautrec.

El ambiente era festivo y las mujeres se acercaban enseñándoles a los ahí presentes sus vergüenzas. Sentí como mi libido subía y mis ansias clamaban por su liberación... Fue cuando te ví dulce y maldita perdición... Eva... Te acercaste, jugaste y corrompiste mi alma como sólo vosotras... no... tú lo sabes hacer... Soledad, pavor, miedo, confusión....

Te amé con apasionado frenesí ... Me poseíste... Pertenezco a tus sensuales labios, a tu fino rostro, la voluptuosidad de tus curvas, la fruición de tus senos, tus vacía mirada turbadora... ¡Mi pecado original! Eva... mi perdición.

Al estrecharte entre mis brazos, te miraba... Me estremecía... Necesitaba desatar la bestia de mi pasión...La despótica ambición de poseerte hasta el día del juicio final. ¿Y tu?...Tu te desbordabas del cauce de tu insondable sosiego que se enardecía en la seguridad de una tenue caricia.

Los segundos, los minutos, las horas se fueron estrechando y desgranando irremediablemente entre caricias, fuego, roces, pasiones... Lentamente Morfeo me fue ciñendo en un profundo abrazo de languidez... ¿Sueños?... Pesadillas que me atosigan... la sensual redondez de tus nalgas...

Me desperté... ¿Por qué me habré despertado? ¿Por qué no podía haberme quedado con ella...en ella?... Sí, veo que me quieres juzgar... Sí ¡Tú! El del espejo... ¡No me mires!


[Hay un rastro de sangre en esta parte de la página]

Me desperté con la cabeza embotada; sentía las reminiscencias de los efluvios etílicos que corroían mis entrañas. Soledad, desamparo... ¿Dónde estabas?... ¿Dónde estaban las sábanas finas en las que había estado recostado?... tu olor...te huelo...

Maldito líquido destilado... Las paredes estaban ennegrecidas y desconchadas...a mi alrededor con repulsión pude ver una rata que se acercaba para olisquearme...¿Dónde estabas? ¿En donde me hallaba?... El alcohol... pensé en el alcohol... ¡Pobre loco ingenuo! ¿Yo? ¿Loco? Salí corriendo de aquel infecto lugar hacia la calle...quería ver en dónde me hallaba...a dónde me había llevado la sin razón del licor... La oquedad de tus suaves axilas....

Me quedé mirando para el edificio... Estaba en la rue des Travèrses... el inmueble estaba ruinoso como lo recordaba anteriormente.... ¿Dónde estaba aquel lugar animado y cálido?...el calor de tu fría piel sudorosa....

Fui andando hasta mi casa... Eras tan real...Eres tan real.... Durante una hora, me estuve preguntando ansiosamente, si aquello no habría sido una alucinación sugerida por los efluvios del alcohol... Una conmoción mental irracional provocada por aquella insidiosa droga... Y ya iba a olvidarte!!! Te iba a enterrar!!! Miedo...terror...aprehensión... el lento y cadente movimiento de tu cuerpo...

Cuando me estaba desnudando... mis ojos fatalmente se posaron sobre el reflejo de mi camisa... Tus dulces y ondulados cabellos.... se hallaban enredados en mis botones... Tus besos... tus caricias....

Me quedé petrificado frente al pérfido espejo...Mi reflejo estremecido con mis ojos clavados en mi sobrecogida mirada...¡Espejo punzante! ¡Espejo vehemente! ¡Espejo verdugo que hace sufrir todas los martirios del purgatorio! ¡Había estado contigo!... ¡Eras real!... ¡Eres Real! ¿Pero en dónde estabas? ¡En dónde te hallas, Eva!

Salí corriendo, desbocado...como quien lleva el diablo tras sus pasos ¿El diablo? ¿Confabulación? Terror... y volví a la rue des Travèrses.... Volví a ver aquel edificio ruinoso... Y tras el derrumbado umbral empecé a rebuscar en los restos del ayer... ¡ Quería encontrarte! Hallé un letrero de hierro forjado totalmente corrompido por el óxido... En medio se dibujaba la figura de un gato... Tu infinita espalda... Poseso empecé a sacar las capas de polvo acumuladas que impedían ver el cartel...Le Chatporteur... lo acababa de delatar.... ¿Tus huesos? ¿Dónde están tus huesos?... Eva....mi manzana...mi serpiente....

Mi cuerpo fue preso de una convulsión que estuvo a punto de dejarme caer. Me sentí flaquear... Soporté en aquel intervalo más que en todo el resto de mi vida; con la ansiedad inquebrantable del pavor sobrenatural. Mi corazón dejó de latir, mi cuerpo se derritió... Mi espíritu...mi alma se desmoronaba.

Tiré el cartel al suelo desquiciado... y salí corriendo pregonando...preguntando por el lugar en el que había compartido mi alma contigo... ¿En dónde se hallaba?... ¿En dónde te hallabas? Las miradas... insidiosas miradas... ¿Por qué me miraban? ¿Por qué me miran?... Todavía no había admitido que siempre estarías conmigo...tus susurros...¡Oh! Pobre y joven cándido!


El doctor André se caló las gafas en los ojos. Cogió el teléfono y llamó al archivo histórico de la ciudad de París.

- ¿Diga? ¿sí? Buenos días. Quisiera una información sobre un cabaret de la ciudad. No sé exactamente si sigue abierto o si ha cerrado.- Esperó un segundo a la respuesta de su interlocutor para seguir hablando - Sí, así es. El local se llama o se llamaba - Miró para sus papeles un instante ajustando sus gafas - Le chatporteur... - El médico esperó pacientemente unos minutos un tanto íncomodo - Mmm - dijo asintiendo - Le chatporteur... cerrado...en 1876... después de un incendio... 25 muertos..

Colgó el teléfono tragando saliva... Resopló y negó con la cabeza, aspirando una honda calada del cigarro. Cerró los ojos y volvió a negar.... La guerra... Sí... pobre hombre... el horror de la guerra le había hecho perder la cabeza...

Cerró la carpeta y la archivó...escogiendo otro caso apresuradamente a continuación.

_____________________________________

Notas sobre el relato....

Hola a todos aquí tenéis...¿el principio? o ¿final? de una posible aventura de Cthuluh...Sí ...no hay primigenios en medio (o eso parece) ...pero todo se andará y sus tentáculos se extienden en donde uno menos se lo espera...

Os dejo unas pequeñas anotaciones sobre el relato para una mejor comprensión.

Lefou: Me pareció divertido...el loco literalmente... es un apellido que existe...

Poilu(s): Era el término con el que se auto-denominaron los soldados franceses durante la primera guerra mundial (La Gran Guerra...así es como se la conocía en el periodo de entre dos guerras)... Significa Peludos... Obviamente la dura vida en las trincheras no permitía que los soldados pudieran limpiarse ni afeitarse....

Le chatporteur... Como algunos sabréis “Chat”...significa gato en francés... y chatporteur...significaría literalmente el gato que lleva...supongo que la etimología se debe a la fama de falsedad de estos animales (mera suposición)... La palabra se utiliza para referirse a un delatador... por lo menos así lo utilizabamos los niños en el Suroeste de Francia en los años 80...
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