1.- Si quieres seguir el consejo de Hinoki y de la niña desconocida, acepta esta opción.
ABDUL
MARTINSales furioso de la posada y quedas a merced de la tempestuosa noche. Te envuelves en la capa y te proteges bajo las ramas de un gran cedro. Te resulta difìcil conciliar el sueño. Aunque estás resguardado de la lluvia, el viento es muy frío y te hiela todo el cuerpo; el suelo está gélido y duro.
- Deja de quejarte - piensa Hinoki - Tus pensamientos me mantienen desvelado - mete la cabeza bajo una de sus alas y se dispone a dormir.
De repente, una pequeña figura peluda salta sobre tu pierna. Sientes que unas garras agudas se hunden en tu carne. Estremecido de dolor te pones en pie de un salto y te golpeas la cabeza con una de las ramas del cedro. Hinoki cae de tu hombro y se sujeta a tí con sus afiladas zarpas. Entretanto la criatura peluda coge tu pierna y te muerde ferozmente.
- ¡Deja de hacer travesuras, Grundoon! - dice una suave voz.
Milagrosamente, la bestia - que sólo es un gran gato anaranjado - se aparta de tu pierna. Coges en brazos a tu seudodragón, sepaas las ramas y ves ante ti los ojos de la niña de la posada.
- ¡Tú! ¿Qué haces aquí? ¿No nos has causado bastantes problemas por esta noche? ¡De no ser por tí, ahora estaría durmiendo en una cama abrigada! - protestas.
- Mejor dí que podrías estar muerto - responde la niña - Ayer un hombre extraño, el que estás buscando, pasó por aquí. Hizo prometer a mi amo que impediría que lo siguieran. Ahora debes irte. Ni siquiera aquí estás a salvo. En este mismo instante mi amo te está buscando. Cuando te encuentre, te matará.
- ¿Por qué querría matarme? Ni siquiera me conoce. Y si me está buscando ¿Cómo es posible que me hayas encontrado tú y no él? ¿Pretendes matarnos? - aprietas el bastón.
- El anciano prometió volver y matar a mi amo si no cumplía sus órdenes. Le bastó una mirada para matar a su perro. Yo te encontré siguiendo tus pensamientos, que eran muy fuertes... y no quiero matarte. En realidad, he venido a rogarte que me lleves contigo. Puedo seguir los pasos del viejo que buscas a través de sus pensamientos. Te seré muy útil. Quiero marcharme de aquí. ¡Por favor, llévame contigo!
- Es muy sencillo - dice Saffron, la niña de la posada, al notar tu sorpresa - No soy bruja ni nada por el estilo. Todo se lo debo a este medallón - se quita del cuello una cadena con una pequeña medalla en forma de gato con alas - Mi padre era buhonero ambulante. Compraba, vendía, cambiaba y a veces robaba. Me dio este medallón para que lo ayudara en sus planes... robar caballos y ganado por ejemplo.
- ¿Y dónde está ahora? - preguntas.
- Ha muerto. Lo encontraron con seis vacas ajenas, y lo colgaron. A mí me entregaron al posadero para que me criara a cambio de trabajo.
- ¿Y por qué te has quedado aquí hasta ahora? - inquiere Hinoki.
- Porque no tengo a dónde ir.
Observas el diminuto medallón que cuelga del extremo de la delgada cadena.
- Saffron, ¿Me venderías tu medallón? Hinoki y yo tenemos que cumplir una misión peligrosa y ese medallón podría salvarnos la vida.
- ¡No puedo! - suspira Saffron mientras cierra protectoramente su mano en torno al medallón - es todo lo que me queda de mi padre.
- ¿Por qué no vienes con nosotros? - piensa Hinoki. Al ver tu reacción de asombro, el exaltado seudodragón prosigue - Para, Morgan. Déjame terminar. Saffron, esta misión podría afectar a toda la humanidad. Si no colaboras con nosotros, para ti la vida podría ser mucho peor. ¡Dime que sí, por favor!
- No daría un solo paso sin Grundoon.
- ¿Ese antropófago? - piensas - ¡Nunca!
Los tres seguís discutiendo durante horas. Grundoon está en el regazo de Saffron, ronroneando suavemente y enseñando sus colmillos, mientras te observa con suspicacia, de vez en cuando. Por último, cedes. Saffron y Grundoon se unirán a vosotros.
El amanecer os encuentra a muchos kilómetros de la posada, siguiendo el rastro de Zed.
- ¿Qué haremos ahora? - preguntas mientras contemplas preocupado el camino que se bifurca. ¿Por dónde vamos?
Te sientas al pie de un árbol y te concentras, Hinoki también.
Aunque te esfuerzas al máximo no logras descubrir a tu tío en ninguno de los dos caminos.
- Inténtalo tú, Saffron - la invitas, ignorando a Grundoon, que se revuelca dichoso en la hierba.
Saffron se lleva el medallón a la frente, cierra los ojos y se concentra.
- Nada - dice - No recibo nada.
- Entonces tendremos que adivinarlo - propone Hinoki - ¿A dónde conducen esos caminos Saffron?
- El de la izquierda lleva al Monte Forlorn. El de la derecha va a la Gran Ciénaga. Ambos son muy peligrosos y están plagados de monstruos que vagabundean, pero tenemos que decidirnos por uno de los dos.
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1.- Quieres seguir el camino que lleva al Monte Forlorn.
2.- Quieres dirigirte a la Gran Ciénaga.