Mala StranaEl barrio que se halla entre el Castillo y el río Vltava es el de Malá Strana. Casas con notable interés, calles empinadas y palacios barrocos dan un aire especial al entorno.
Es notable la calle Nerudova, que conduce desde el centro del barrio hacia el Castillo. También tiene interés la Plaza de Malá Strana, donde está la iglesia de San Nicolás.
San Nicolás, en medio de la plaza, es un templo barroco, de Cristoph y Kilian Dientzenhofer; donde se muestra el mayor nivel del barroco de Praga, con un unos notables frescos por todo el interior.
El órgano barroco fue utilizado por Mozart durante su estancia en la urbe. La fachada es curvilínea y está adornada con monumentales estatuas, y el campanario es un excelente mirador para disfrutar del barrio.
Entorno del río VtlavaNumerosos puentes unen la zona de Malá Strana y la Ciudad Vieja, pasando incluso sobre algunas islas, una de ellas la Isla Kampa, sobre la que cruza el puente de Carlos IV.
El puente de Carlos IV es el más típico de la urbe. Une las dos parte citadas de Praga y está colmado de estatuas a lo largo de estatuas y cruceros de notable belleza. Tiene 500 metros de largo y es del siglo XIV.
Tiene torres tanto en la parte de Malá Strana como en la que da a la Ciudad Vieja.
Aunque ambas son bellas, sobresale la de la Ciudad Vieja, con una airosa estructura gótica, que formó parte de las defensas de la vieja ciudad. La otra, más pequeña, románica, es un vestigio del puente que existió antes.
Plaza de la ciudad vieja (stare metso)Entronque de rutas, mercado medieval, núcleo original de la población. Aquí se celebraba el mercado desde la Edad Media, y aquí se gestaba la vida política.
En la Plaza se vivieron rebeliones y decapitaciones en el siglo XVII; aquí se rebelaron contra los alemanes los patriotas en el 1945 y aquí se proclamó en 1990 el retorno del territorio a la democracia.
En la plaza está la Iglesia de San Nicolás, barroca, de la primera mitad del XVIII; y varios palacios de distintos periodos, del gótico al barroco, alguno de los cuales tiene destinos museísticos, así como el popular edificio del Ayuntamiento.
Entre lo más interesante, el palacio gótico de la Campana; la casa Storch; el templo de San Nicolás, de ampulosa portada; el Ayuntamiento (con la torre del reloj), y la iglesia de Týn, que se asoma a la plaza, monumental, sobre unos edificios de menor porte.
La iglesia de Týn es la construcción gótica más notable de Praga, aunque fue terminada y remodelada en parte en estilo barroco.
Son especialmente llamativos los pináculos de las torres, que se asoman a la plaza de la Ciudad Vieja. En su interior está enterrado Tycho Brahe, el notable astrónomo.
El ayuntamiento (la torre del reloj)Es un edificio de origen gótico, sede de la administración ciudadana desde el siglo XIV.
El conjunto engloba varias casas. Lo más viejo está en la zona de la Torre, coronada por un bello chapitel, desde donde se tiene una hermosa vista urbana. Tiene unos 70 metros de altura.
En esta parte del edificio se halla una bella capilla, con un delicado techo recientemente restaurado. Es también del XIV.
En la parte exterior se ve el reloj astronómico, de principios del XV, que tiene un sistema de autómatas, y pinturas del zodiaco. Es un elemento típico de las postales de la ciudad.
Adosada a la parte gótica hay otra parte, heterogénea (son varias casas) que se añadió en el curso del tiempo a las dependencias municipales.
El barrio Judío (Josefov)El cementerio judíoAl norte de la llamada Ciudad Vieja, ocupando un recodo junto al cauce del río, aparece el viejo barrio judío, de trascendencia histórica.
Cerca del viejo Ayuntamiento judío, está una serie de sinagogas que encierran un espacio en forma de ele mayúscula que es un antiguo cementerio, en el que se apiñan millares de lápidas.
Es un punto singular. Aquí, desde 1478 se enterraban a las gentes judías(era el único lugar donde se les podía enterrar) y estuvo en activo hasta finales del XVIII. Se calcula que puede haber enterrados allí 100.000 cuerpos. Algunas lápidas de nobles y rabinos tienen cierto interés.
Este es un lugar caótico. La falta de espacio hace que se apilaran los enterramientos hasta en doce niveles y las estelas se agolpan unas a la orilla de otras, hasta 12.000.
Entre las sinagogas de interés esta la Staronová, que es la más vieja de Europa; lugar de culto desde 1270.
Es de estilo gótico relativamente primitivo, y aparte de su interés histórico y arquitectónico alberga importantes manuscritos hebreos y el famoso estandarte de los judíos de la ciudad.
Hay otra serie de sinagogas en el barrio. Entre ellas la Pinkas, Maisel y la Española.
Lindante con el cementerio está el Museo de Artes Decorativas, con elementos modernistas, y no muy lejos está el convento de Santa Inés.
El convento fue fundado por una hermana del rey Wenceslao I, en el siglo XIII. Tienen unas bellas dependencias góticas y alberga una excelente colección de arte checo del siglo XIX.
Plaza de San WenceslaoEn la zona moderna de una estructura racionalista, cercana a la Ciudad Vieja, destaca la lujosa Plaza Wenceslao, que en el medievo fue mercado de ganados.
Hay diversos edificios de distintos estilos, de los dos últimos siglos. Unos de aire historicista, otros de art nouveau y alguno neorrenacentista.
En uno de sus extremos está el ampuloso Museo Nacional, típico de las construcciones del siglo XIX, a caballo de un clasicismo y renacentismo. Tiene una vasta sala, el Panteón, donde se reúnen estatuas y bustos de los grandes hombres checos.
Ante el Museo Nacional, que alberga una serie de colecciones de minerales, zoología etc, se halla la estatua de San Wenceslao, de inicios del XX, obra de Myslbek.