Padre Nuestro que estas en los cielos... Marchando por verdes praderas encuentro a la muerte
Santificado sea tu nombre... Mostrando la guadaña y su gélida sonrisa
Venga a nosotros tu reino... Convirtiendo el sol que alumbraba en un negro astro de dolor
Hágase señor tu voluntad aquí en la Tierra como en los Cielos... Cruzó mi mirada con las cuencas vacías de ella, y aferró la espada como la vida
Danos hoy el pan nuestro de cada día... Esperando el ataque, ataco primero lleno de furor
Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden...
Batalla mortal enfrentando a nuestro más cruel verdugo
No nos dejes caer en la tentación... Cerrando los ojos para evitar ser presas del odio por el destino
Y líbranos de todo mal... Alejándonos de la muerte... habiendo triunfado ante su reto
Amen... Y siguiendo el destino que nos hemos forjado