Berlín Occidental, la Camarilla (Interpretativo)

Wilhem entornó los ojos y miró fijamente al Assamita, si por él fuera... sus manos se colocaron tras sus espaldas, pero se apretaron tan fuertemente, que si fuese un simple mortal, tendría los dedos rotos...

¿Qué se creía ese mequetrefe? ¿Ese idiota?

- Tus órdenes son sencillas, de inicio - sonrió levemente - estarás bajo mis órdenes la noche de hoy, hasta que no te encuentres con su Majestad y SÓLO ENTONCES, dejarás de obedecerme... es un contrato, Assamita y tu compañero avisará en el remoto caso de que tú quieras desobedecerlo.

La figura se levantó la capucha y Kojiro reconoció a una de los assamitas que más revuelo había causado en el Alamut la última vez que lo visitó... Zora-Al-Ahayda...

Los rumores decían que había sido una de las primeras mujeres que había sido Abrazada, aunque su blanca piel parecía contrastar con ese rumor...

…aunque Kojiro hizo un esfuerzo, no logro evitar la cara de asombro por ver a Zora en ese lugar mientras pensaba, - maldición, no sabia que ella estuviera aquí, después de todo quizá si resulte divertida esta misión, que magnifica oportunidad de asesinar a alguien tan peligroso, o quizá logre atraerla a nuestra causa, las cartas están sobre la mesa- Kojiro apenas podía contener la furia que comenzaba a sentir, pero recordando las enseñanzas de su padre trato de relajarse, se concentro y pensó en Sakura, ese pensamiento siempre lograba calmarlo, después de algunos segundos, miro fijamente al senescaux y sonrió al tiempo que le decía, -acepto, pero solo por esta noche le obedeceré, a partir de la próxima puesta de sol solo recibiré ordenes de “su majestad”…- dijo esta palabra con cierta ironía que mostraba su enfado - …y le advierto que mis métodos son todo menos sutiles, pero no se preocupe nunca he deshonrado su “preciosa mascarada”, por lo tanto “duerma tranquilo” aunque es cada vez mas raro en estos días, siempre cumplo mi palabra, un samurai es esclavo de ella, ¿cerramos en contrato?- le dijo al tiempo que extendía su mano hacia el senescaux, esperando que él se la diera…

Zora parecía completamente relajada, con los brazos cruzados, los ropajes árabes bajo su capa larga con capucha, ocultándolos, tenía el rostro levemente cubierto a la usanza árabe, pero Kojiro la habría reconocido en cualquier lugar...

Estaba en silencio, completamente callada, tranquila, serena...

Contrastando con Wilhem que parecía hecho de granito tras las palabras del Assamita.

- El contrato está cerrado - dijo mirándole - puesto que lo haces con Su Majestad, no conmigo... tómalo en cuenta - dióle la espalda con deliberación mientras llevaba las manos a la espalda, entrelazándolas - Zora-Al-Ahayda, puedes retirarte, conoces tu misión...

La assamita llevó las manos a la capucha y tras ponérsela, desapareció de la mirada de los presentes...

- Espera, Al-Ahayda - dijo Wilhem - llévatelo - miró a Kojiro - obedécela...

La assamita volvió a aparecer y caminó hacia la puerta de salida...

- No quiero errores - gruñó Wilhem disgustado por las actitudes de los Assamitas.

La Assamita no volteó, no se dignó a mirarlo siquiera y abrió la puerta saliendo del umbral... si Kojiro la seguía o no, no era su problema...

Después de lo que le dijo el senescaux Kojiro simplemente retiro su mano y levanto los hombros en actitud indiferente mientras pensaba para si, -ok, decidido en la primera oportunidad me cargo al chivato este, mira que no querer darme la mano, bueno si no conoce las reglas de los asesinos no debería intentar contratarlos, seguiré a Zora, pero como no cerramos el contrato como se debe no hay nada que me obligue a cumplir-.
Sin dirigirle una palabra siquiera al senescaux, salio corriendo tras Zora para intentar alcanzarla y casi gritando le pregunto, -¿Qué pasa, cual es el asunto que traes entre manos, realmente necesitas mi ayuda?, por que si no es así te puedo esperar en una cafetería e invitarte un algo para celebrar tu victoria, que dices ¿aceptas mi invitación? O si lo prefieres podemos cumplir tu misión y posteriormente podemos ir por algo de tomar y comer- dijo al tiempo que la alcanzaba y esperaba su reaccion…

Zora le miró de tal forma que le hizo callar en el acto, luego cerró los ojos con una expresión de molestia, siguió avanzando mientras su cuerpo cambiaba y una mujer joven aparecía frente a Kojiro.


(misma ropa, mismos aditamentos)

Tomó una gabardina y se la puso encima de la indumentaria mientras caminaba con soltura, directa a un antiguo vehículo al que subió en el asiento del piloto.

Sólo se tomó la molestia de quitar el seguro de la puerta del copiloto y abrocharse el cinturón de seguridad...

Si Kojiro subía o no, no era su problema, si lo hacía, quizá podría empezar a hablar sin tantos testigos.

El zumbido les hizo volver a pararse, agazapándose contra el suelo. Un zumbido que anunciaba llantos, gritos y sobretodo muerte.

El techo tembló bajo el impacto, miles de gránulos de polvo se mezclaron con la ya de por si basura de los pasajes de la ciudad. Hubo gritos y blasfemias. Rezos y sobre todo mucho miedo reflejado en los rostros sucios de los presentes. El impacto había sido cerca, mucho.

-¡¡Continuad. No os paréis!! - grito el oficial al mando -¡¡Vamos...la salida esta ya muy cerca!!. Y usted, el párroco deje de gimotear. ¡Compórtese!

-Solo estaba poniéndome en paz con el...

-Usted solo piensa en escaparse...como ellos - señalo a un par de jóvenes alemanes que iban atados juntos por las muñecas - así que déjese de cuentos.¿Cree que están esposados por nada?. La traición se paga, párroco. En cuanto salgamos a la luz los fusilo y a usted con ellos como lo siga...

Una pared cercana exploto cortando las palabras del oficial. Miles de cascotes volaron por encima de sus cabezas, el polvo se acrecentó nublando sus vistas, la sangre inundo los pasillos a la par que los gritos de los que habían sido afectados por la explosión.

El párroco sacudió la cabeza, y miro a su alrededor. Esta tirado en el suelo, no. Más bien sobre el suelo, dado que el oficial estaba debajo. Dolorido intento ponerse en pie. Su único deseo era marcharse. Una mano le sujeto de la muñeca cuando volvía a intentarlo

Horrorizado comprobó que era el oficial. Aferrado a el, intentaba decirle algo entre gorgoteos ahogados. No le dio lugar. Le golpeo la cabeza con su bota y volvió a golpearle una vez más para que acabase de soltarle.

Para cuando el maltrecho grupo de supervivientes se puso en pie, él hacia tiempo ya que había escapado, olvidando a los jóvenes en su miseria.




-¡Aajj!- - se agito tomando aire Rolf, solo como reacción primaria ante el hecho de verse liberado.

Hasta el momento presente su mente había divagado entre pensamientos que no recordaba fueran suyos. Pero se había visto tan claramente el rostro asustado. Había sido una pesadilla. Pero no me he dormido... ¿o si? - pensó con agridez en la boca, mientras se llevaba una mano al pecho, al lugar en donde Tormus le había herido.

Al sentir la herida, la marca, un nuevo pensamiento le invadió. ¡Los niños! se aterrorizo. Había dejado morir a una parte su comunidad. Se maldijo por ello y cayo en la cuenta de un error aun más grave.

Haciendo acopio de sus fuerzas rompió la luna trasera y salto fuera del vehiculo.* Callo rasguñándose las palmas de las manos y la cara, pero no era peor que el dolor que sufría en su pecho.

Apretando los dientes se levanto como pudo y se parapeto contra la pared más cercana, guarneciéndose en sus sombras***. Su intención era desvanecerse y correr hasta la alcantarilla más cercana.**
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* 2 de sangre a fuerza para partir el cristal y saltar fuera.
** Para las disciplinas 1 y 2 de ofuscación. La 1ª es automática si hay sombras, la 2ª lo seria también si fuera más cuidadoso.

Como estoy llevando que Rolf no lo esta siendo, necesita una tirada de: Astucia +Sigilo, dif a medir por la narradora. Su reserva es de: 4 pobres dados. XD
*** Gasto 1 p. de F.V para esa tirada.

El vehículo chocó con estruendo... La ventrue al notar el choque contra la farola se aferró con fuerza al asiento para no irse hacia delante con el impacto... “Lo que faltaba...” pensó la neonata.
Klaudia pudo observar a aquel individuo corriendo desnudo huyendo... Sus brazos eran anormalmente largos y su velocidad superior a la normal, sin duda estaba usando celeridad... Podía ser el infernalista... Otra vez ese asqueroso ser se escapaba y no podía hacer nada... No había tiempo para nada. Otra vez el peso del fracaso...
Esa palabra indigna de una Von siemens, indigna de su linaje... y la policía que podía llegar de un momento a otro, acrecentando el desastre.
Klaudia intentó azuzar al conductor – Trate de arrancar el vehículo –

En ese momento notó el ruido de un cristal rompiéndose, Rolf había desaparecido... La ventrue negó, se estaba empezando a poner de muy mal humor... Nada tenía sentido, TODO era un absoluto desastre. El que podía ser el infernalista escapado, la furgoneta estampada, las explosiones de las casas residenciales que sin duda saldrían en la prensa y la rata de alcantarilla huyendo... ¿Para qué detenerlo?...La situación era demasiado apremiante.

Jürgen se agazapó como pudo en la furgoneta al sentir las explosiones, cerró los ojos no pasaba tanto miedo desde la batalla de Berlín en el 45.

"Esto es rídiculo que hago yo aquí, tendría que estar en mi casa con Erika y no con esta pandilla de chiflados".

De repente su cuerpo se vio violentamente sacudido por el impacto de la camioneta. Alzó su cabeza para ver que pasaba cuando vio a un sujeto corriendo a una velocidad inhumana pero no le dio tiempo a distinguir nada más.

-Eh mirad ahí- es lo único que acertó a decir el toreador.

Al instante otro ruido le puso en alerta, el cainita que estaba estacado había roto la luna del vehículo y se estaba yendo.

-Eh... pe... pero ¿qué cojones pasa aquí?-

El don de la Luna daba a la fracturada mente de sus hijos una prodigiosa capacidad y las rápidas conexiones en al mente de Tormus le iluminaron para recordar aquel detalle primordial. Ese ser, le que posiblemente había ocasionado aquél accidente, estaba dirigiéndose él mismo a un callejón sin salida.

Sin dar tiempo a las reacciones de los pseudo vástagos que le acompañaban ordenó a la vez que actuó –Todos fuera del vehículo y corran a toda velocidad hacia aquel callejón, no tiene salida- avanzó a si mismo a toda velocidad y mientras lo hacia su mente seguía hilvanando pensamientos a toda marcha.
Recordó de pronto aquel fuego que en la casa viera, le que los pequeños habían invocado y la visión del antiguo Azote de la ciudad llegó a su cabeza, llegó a su cerebro en aquella primera incursión a las alcantarillas. Sangratanas era un Baali le había dicho Su Señora, así que resultaba ser que el Infernalsita también lo era

…-¿Me pregunto por que algunos asesinos no tienen el mas leve sentido del humor?, ¿que no saben que entre mas serio sea un asunto mas humor requiere?, si no fuera por que ya estoy muerto esa miradita que me hecho me hubiera helado las venas-; Kojiro se lanzo hacia delante para poder abordar el vehículo, subió al asiento del copiloto y se abrocho el cinturón, tomo su espada y la puso sobre sus rodillas para evitar que le molestara durante el trayecto y para tenerla a la mano por si había problemas, por fin una vez adentro volteo y le dijo a Zora: -¿Qué has pensado, café o comida china?, tu decides yo invito, o si lo prefieres te ayudo con tu misión y después vemos… Kojiro se quedo serio y a la expectativa esperando su reacción y, mas que nada, su respuesta…

Klaudia escuchó la invectiva de la Arpía... En su cuadriculada mente germánica no cabía lugar a la discusión y menos para en un momento como ese. La Ventrue salió del vehículo y corrió hacia el callejón que le había indicado la arpía...

Jürgen abrió los ojos de par en par ante la orden de Tormus, no podía creerlo la policía, los bomberos estarían a punto de llegar y ellos aún aquí -No estáis locos tenemos que huir- dijo aunque se sintió impotente al ver como sus compañeros no le hacían ni caso y Klaudia ya se bajaba del vehículo.

Alguien corrió lejos de allí... mientras tanto, Asuka escondía la estaca para que nadie la descubriera aprovechando el caos general... se levantó intentando quitarse las mochilas de encima y lo que tenía. Klaudia corría y descubría que no le sería difícil seguirle el rastro a la criatura, puesto que en el suelo había un camino de sangre...
Corrieron tras él, sin parar, hasta el final del callejón...

Koller bajó dubitativo del coche y siguió a sus compañeros andando, no tenía ninguna prisa por llegar ahí y enfrentarse a sabe dios que cosa. Al final decidió ir medio corriendo por disimular un poco no le apetecía llegar demasiado tarde y que la arpía le pudiese acusar de alguna falacia. Aunque no tenía ni idea que es lo que haría ni siquiera tenía armas "esto es una locura" -Ay... Erika- dijo suspirando mientras aceleraba la marcha.

Ruidos de huesos quebrarse, olor a sangre que inundaba el lugar, un pequeño rastro de ella y un sujeto con piel blanca-amarillenta de espaldas a los vástagos era el causante de todo...

Klaudia se giró hacia el sujeto... Podía ser el infernalista el que había provocado aquellas terribles pesadillas. La Ventrue tomó su espada a la vez que dejaba que su sangre fluyera (*1) mirando fijamente al sujeto...aquella cara deforme... No podía amedrentarse, si era el infernalista él había sido el causante de demasiados males.

Una mano se levantó del sujeto y pasó por el callejón, en un giro, un ojo rojo estaba en la palma de esa mano y miraba fijamente a los vástagos mientras se llevaba a la boca un bracito del niño y se lo comía triturándolo con la boca como si fuese sólo un caramelo...

"Estas atrapado" pensó el Malkavian desbordando de rabia, algo que no podía soportar era la ineptitud y ese grupo la tenia en niveles sobrehumanos, más tarde, cuando se ocupara de todo, tendrían el justo castigo y él su satisfacción, ahora ese sujeto iba a ser el objetivo de su ira.
-Hasta aquí llegaste - dijo sin inmutarse ante el asqueroso espectáculo que aquella inmunda criatura llevaba a cabo. Clavo sus ojos sobre el de aquella mano amorfa - No voy a dejarte escapar

Jürgen al llegar al callejón y ver esa criatura se quedó paralizado "joder y qué coño quieren que haga contra eso si no tengo armas" Koller se acercó a Klaudia -Oye compañera no tendrás un arma de sobra- se sentía ridículo es como si pidiese un boli de sobra en el colegio "esto es de locos"

La criatura miró fijamente a Tormus y luego empezó a gemir una y otra vez, empezando a destazar el cuerpo del niño levantándose... una serpiente roja se abrazaba a su pierna derecha, tan roja como la que los demás recordaban, la marca inconfundible de sus actos demoníacos...

Klaudia escuchó de fondo la voz de Jurgen... "se podía ser mas inútil! " Con un gesto que demostraba desprecio pero que no le hacía perder su gracia la Ventrue sacó la mochila y la lanzó hacia el toreador. En aquel momento pudo observar aquella terrible serpiente roja...La misma que le había devorado en sus pesadillas. La Ventrue tomó aire como si lo hubiera necesitado "No pierdas la cabeza Claudia céntrate...sólo es una criatura ponzoñosa que se arrastra por los suelos sin dignidad...No merece vivir"... La Ventrue decidió pasar a la acción tenía que destruir aquella serpiente.

Jürgen abrió presuroso la mochila de Klaudia y rebuscó dentro en busca de algún arma, enseguida dio con una pistola se puso de pie y apuntó a la criatura, el tiro era complicado Klaudia estaba en su línea de fuego "vaya está mujer si que tiene agallas". Se concentró y dejó fluir su sangre. (*2)

Tormus se mantuvo de pie observando, vio la serpiente, la misma de la que habían hablado en aquella otra incursión, ese infernalsita era escurridizo. Se quedó en su lugar esperando el momento para actuar dejando que los neonatos fueran los que hicieran, mientras él esperaba

La serpiente bufó cuando vio el ataque venir, pero no pudo hacer nada para evitarlo, cayó al suelo, donde se hizo cenizas mientras el boogeyman gruñía y la tomaba a Klaudia para llevarla a su boca, la cainita miró la vitae del niño en las mandíbulas de ese sujeto que la sostenía con una fuerza que parecía sacada de la irrealidad.

Klaudia observó como aquel sujeto la tomaba... Su rostro vacío... sin mirada... No podía usar sus disciplinas ni atacarle con la espada...solo quedaban sus colmillos...el único medio para salvar su vida en aquel instante. La Ventrue dejó que éstos salieran de su escondrijo para morder aquella criatura...a ver si podía salvarse de esa manera...

"Acércate y disparara a su cabeza, no puede verte, no puede esquivarte" el pensamiento surgió en al mente de Jurgen mientras apuntaba con la pistola. Tormus no había dejado pasar aquel detalle, pero en caso de un factor inesperado, mejor poner en juego a los inútiles

Jürgen cerró un ojo y afinó la puntería cuando cogió a la bella Klaudia "Oh cojonudo ahora no puede ver" corrió hacia la bestia para dispararle a bocajarro mientras gritaba de forma dramática -KLAUDIAAAA

La Bestia gruñó cuando Klaudia mordió su piel y luego, vino el disparo en su frente, que la hizo irse hacia atrás...
La Ventrue sintió algo... muy raro... un sabor delicioso de vitae potente y fuerte, aunado por algo que la hizo cuasi gritar de rabia y por poco la mete en frenesí...

Tormus, mientras tanto, escuchó algo de boca de la Bestia...

- Y he entonces... - gruñó mientras su cuerpo empezaba a cambiar lentamente - que el hermano matará al otro, que se oculta y vive de manera diferente...

-Si toma, toma- gritó extasiado por el éxito había hecho tambalear a su víctima cuando Klaudia se abalanzó sobre ella mordiéndola como una posesa alimentándose de su vitae (*3) "que rápido pierde los papeles se nota que nunca ha estado en una situación de tensión" Jürgen volvió a disparar al engendro

La bala salió disparada en el instante que la "bestia" reunía sus fuerzas y aventaba lejos de sí a Klaudia, haciendo que ésta fuera la que recibiera el impacto...(*4)

La Arpía seguía observando cuando escuchó las palabras de aquel engendro, las guardó en su cabeza las memorizó, una parte más de aquella visión, sabia parte de su significado, todo iba encajando. Mientras pensaba a intentaba unir las piezas veía a Ventrue y el Toreador dar aquel penoso espectáculo de como volver compleja una simple tarea

Klaudia hizo acopio de toda su fuerza de voluntad para no querer beber más vitae de aquel engendro. Dejó que su sangre fluyera (*5) para arremeter nuevamente contra la criatura, esta vez nuevamente con la espada.

Justamente cuando Klaudia iba a por él, el Boogeyman cambió de forma... mientras que la Ventrue empezaba a sentir algo muy extraño en su interior...
Los otros dos, miraron ante sí una figura que se levantaba con dificultad.
- Doce horas, nueve muñecos, dos facciones, una historia... - dijo la voz... - una muerte que contrae muchas más... sólo una salvación en un monje... sólo una destrucción en un chiquillo... - la venda sobre los ojos cayó - sólo la... muerte - dijo con dificultad - es la que nos... arropará...

Jürgen hizo una mueca de asco cuando vio la transformación de esa bestia pero no salió de su asombro cuando reconoció a Arlek el primogénito Malkavian "No puede ser" -Nos está engañando no es Arlek realmente sino una mala copia- dijo mientras volvía a disparar el arma que le dejó Klaudia

El arma le explotó en las manos sin que Jürgen supiera el por qué, lastimándoselas.

Las palabras llegaron crípticas pero reveladoras, el ser cambió y Tormus pudo ver a su primogénito, empezó a avanzar. "Un Hermano asesina a otro" Arlek lo había dicho, su Sire le había advertido, y la Arpía por fin comprendía que su deber no podía ser eludido. Llegó al lugar, tomó la espada que estratégicamente le esperaba en el suelo, como parte de la misma señal y a su deber se remitió

Arlek abrió los ojos, unos ojos infinitamente azules, llenos de confusión y al mismo tiempo, paz... sonrió levemente mientras esperaba a Tormus, sin separarse... - Me liberarás de esta cárcel que me aprisiona - susurró - por fin... seré libre...
__________
*1: dos de ptos de sangre vinculados a destreza
*2: dos de ptos de sangre vinculados a destreza
*3: Klaudia en frenesí hambriento bebe tres ptos de sangre
*4: 1 nivel de daño letal para Klaudia.
*5 : 1 pto de sangre vinculado a destreza y otro para curar el nivel de daño letal y 1 pto de fuerza de voluntad

Raphael continúo corriendo sin detenerse al escuchar los temblores. El azote por fortuna era extremadamente ágil y rápido, y no tenía muchos problemas para continuar avanzando a toda velocidad y manteniendo el equilibrio a la vez. El hecho de poder ver en la oscuridad también hacia que escapar de las explosiones de la superficie se le hiciera mucho más fácil. Estuvo así por algunos segundos más, hasta que se topo con algo inesperado… una pared… callejón sin salida. El Brujah se detuvo en seco y comenzó a observar los alrededores con detenimiento.

“Maldita sea… tome el túnel equivocado…” el azote frunció el ceño mientras que observaba el entorno, ya una vez había estado en esta horrible situación… aunque mas extrema, aunque sea ahora tenia todo un largo túnel para recorrer y explorar… tal vez se había salteado una puerta secreta, o algo… no podía ser que este túnel llevara a la nada… tal vez el túnel en alguna parte pasara cerca de un pasillo de las alcantarillas y lo podría romper para así poder regresar a la superficie.

El vástago suspiro profundamente, cerrando sus ojos por un instante, calmando la bestia en su interior, que se agitaba levemente, expectante, al encontrarse nuevamente en la misma situación de antaño, en la que se había liberado de una forma tan súbita e incontrolable.


Ciudad de Praga, año 1535…

Spoiler:

Raphael tuvo un escalofrío al recordar la primera vez que había visto de lo que era capaz su bestia. Jamás había conocido a otro vástago que manifestara su frenesí de una forma igual a la suya… sinceramente a un hombre tan arrepentido y compasivo como Raphael, le aterraba ese lado oscuro que poseía… a diferencia de los otros, su bestia parecía estar dotada de una inteligencia comparable a la suya… pero con valores y mentalidades totalmente retorcidas, un espejo oscuro de su propio ser.

El hombre suspiro mientras que observaba los alrededores. “No te preocupes Raph… vas a encontrar una forma para salir de esto…” se dijo a si mismo, recuperando la confianza, mientras que comenzaba a caminar posando su mano en las paredes, cada un par de metros apoyándose en la pared y escuchando atentamente, haciendo silencio para poder concentrarse y ver si podía sentir algo.*

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* Percepción + alerta

Rolf se deslizó por la pared hasta la alcantarilla más cercana y extendiendo sus manos hacia ella la levanto sin miramientos. En su mente confusa solo un pensamiento inclinaba más la balanza, "los niños". Sin embargo algo llamo su atención, girandose en redondo

Una figura caminaba por la calle, desorientada, con lágrimas rojas recorriéndole los ojos...

Alzó la vista para verla mejor*, aferrando la tapa de la alcantarilla como si fuera una defensa.

La mujer iba caminando en la acera de enfrente, parecía... rara... hasta que Rolf notó algo que le llamó la atención: en cierta forma, esa mujer le recordaba al Primogen malkavian.
La forma de conducirse, de caminar, inclusive, iba susurrando algo inaudible, se abrazaba de vez en cuando, alzaba la mirada buscando la luna e iba, indudablemente, hacia donde se veía el humo y las luces producto de lo que parecía ser un incendio.



Rolf la siguió con la vista, se parecia bastante al primogénito en sus gestos. ¿Que hacia por allí, llorando con la mirada perdida?. No lo sabia, se la veía indefensa, perdida, tanto como sus niños. Los niños.

Rolf gruño, quería estar con sus niños... pero dejar a esa mujer alli. Quería ayudarlos a todos, pero no podía dividirse. Soltando la tapa fue a por ella, se la llevaria con él aus hogar, si. Sin duda era la mejor opción, en el momento.
Agazapado en la oscuridad se le acerco por detrás, con cuidado de no asustarla.

La malkavian se quedó estática... sus ojos se perdieron en la distancia. Palabras empezaron a emerger de su boca y quedaron tan grabadas en la mente de Rolf como si las hubiesen marcado con hierro al rojo vivo.

- La libertad absoluta, una titiritera que juega con todos ellos, una enorme rivalidad, que tuvo un mal final... destrozando las mentes y los corazones de quienes las presencian... un monje nosferatu, lleno de fe... que se ciega y quiere destruir sin piedad... sólo la... perdición... es la que nos... separará...

Rolf se detuvo en el sitio, paralizado como una estatua. ¿Quien?¿Como?, mil preguntas le venían a la mente pero al final solo una surgió de sus labios desvelándose...
-¿Puedes tu ayudarme a salvarnos de la fatalidad? - con tono quedo

La malkavian volteó a mirarle y sus ojos empezaron a perder el azul de sus pupilas, empezando a tornarse completamente blancas al tiempo que su vientre se sumía con violencia y un hilo de vitae empezaba a correr por la comisura de su labio;
Rolf se acerco a cogerla creyendo que caería contra el suelo.

La malkavian quedó entre sus brazos, en letargo.

Rolf deslizó sus manos por su cintura y espalda y se la recargo con cuidado, volvió a retornar hacia la alcantarilla, bajando por ella con cuidado. Para viajar con un vástago caído, lo mejor era que nadie les viese. Ella estaría a salvo con el, eso quería creer.

Tenia que volver a su hogar, ver que sus niños estaban bien y poner a salvo a esta vástago desconocida.
¿Señor la has puesto tú en mi camino?.. - se pregunto una vez abajo mirando a su alrededor, intentando recordar aquellas calles subterráneas en la oscuridad, calles que había visto tantas veces en mapas y otras tantas por propia necesidad. **

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*Percepción + alerta
** Inteligencia + callejeo (Orientación).

Zora no dijo más, se dedicó a conducir el automóvil y guiarlo por las calles... minutos después sólo susurró:

- Tengo siglos sin comer nada más que vitae y como sigas incordiando - le miró un instante - me olvidaré de que eres child de tu sire y me serviré contigo...

Algo andaba mal, Kojiro podía estar seguro de que ese era el camino que les llevaba al Muro de Berlín... ¿Por qué ir allá?

-...Vaya, crei que aparte de todo lo que se rumora eras muda, bueno ya comenzamos a entendernos, no quisiera ser grosero, ¿pero estas segura de la direccion que tomaste?, por que creo que vas en sentido contrario, no es que me queje pero esto se ve muy sospechoso-.
Asi hablaba Kojiro despues de la respuesta que le diera Zora, miraba la direccion que llevaba el auto y solo podia pensar en problemas para él, - maldita sea, todavia no es media noche y ya tengo un monton de problemas, bueno ni modo yo me lo busque-pensaba, luego dirigiendose a Zora y poniendo una cara mas seria y un poco intimidante, le pregunto - ¿Quien es el objetivo, donde se localiza y que generacion es, cuantos guardias tiene y cual es el pago que te llevaras?, yo solo quiero un poco de informacion, ¿querras que te ayude o prefieres hacerlo sola?...- fueron las preguntas de Kojiro y se quedo observando su reaccion mientras esperaba las respuestas...

-En mis manos la sangre, Hermano, y en mi mente la pena, pero en mi ser jamás la culpa, tu libertad es la mía y ambos somos la Voluntad de Malkav, la inescrutable

Las palabras atravesaron el aire así como él florete la carne, y el otrora Primogénito, representante de los Hijos de la Luna, de Berlín cenizas desparramadas se volvió.

La mano que sujetaba el arma fue abierta dejando la pieza metálica golpear el suelo. Tormus tomó de su bolsillo el pañuelo y en silencio limpio su diestra, donde había empuñado la espada. Guardó nuevamente la prenda de seda y se inclinó sobre las cenizas de Arlet juntando unas pocas sobre su palma izquierda, mordió entonces su derecha y junto ambas, mezclando las cenizas de su hermano con su propia sangre. Mantuvo sus manos unidas unos segundos y se puso de pie, volvió a retirar el lienzo de su bolsillo y lo frotó limpiando ambas manos volviéndolo a guardar.

Al girarse para emprender la marcha se encontró con aquella Brujah parada a la entrada del callejón, entonces hubo un quiebre en su interior. Su cabeza se ladeo ligera pero rápidamente hacia la izquierda y pronto volvió a su perfecta posición.

“Cuestionado, insultado, desobedecido, atacado y ahora se atreven a rebelarse”

Caminó tranquilamente y la pasar por al lado de la neonata y entornó vista hacia ella clavando su mirada en sus ojos –Abre la boca y quédate quieta- dijo sin elevar la voz, en un tono incuestionable y sin pensarlo la Brujah obedeció. Con un rápido movimiento la mano derecha del Malkavian, con la herida aun sangrante se aferró al rostro de Asuka, con la palma pegada a su boca.

-No puedo pedirte que pienses antes de actuar – dijo mientras le hacia beber su vitae y con su mano izquierda el obligaba a tragar – limítate a obedecer a quienes si podemos pensar- cuando hubo bebido suficiente, el Malkavian retiró su mano deslizándola por sus labios, dejando que la saliva de la Brujah cierre su herida – se una buena niña – terminó mientras limpiaba su mano derecha en la ropa de la joven usándola como los trapos que eran.

-Señorita Von Siemens- dijo el Malkavian entornándose hacia la Ventrue – ¿sabe usted lo que esto es?- dijo centrando su vista en las manos de Asuka y luego tomando la muñeca derecha y levantando su brazo dejando a la palma visible

Klaudia había guardado su florete y visto como la arpía había obligado a beber a aquella despreciable Brujah de su vitae. Un castigo muy leve para su infinita incompetencia. La Ventrue escuchó la invectiva del Malkavian que la invitaba a ver algo y se acercó para observar la palma de la mano de Asuka pudiendo observar pequeños restos de astillas de madera clavada. La patricia levantó su vista y se giró hacia Tormus - La prueba de la deslealtad e incompetencia de la señorita Mustang a la hora de abordar una misión del principado - dijo con naturalidad sin siquiera molestarse en girar la vista hacia la Brujah en ningún instante.

Tormus asintió, alguien en todo ese grupo demostraba ser competente, quizás fuera al sangre de Malkav que ahora se hallaba en sus venas, tendría que controlar más de cerca a esa Ventrue – Exactamente, que quede aquí en constancia – dijo soltando la mano que la Brujah retiró rápidamente – al retornar al Eliseo, al señorita Asuka Mustang, Látigo del clan Brujah, será juzgada por desacato de ordenes directas del principado y su líder de cuadrilla, no respetar la autoridad, poner en libertad un vástago peligroso, rebelde y subversivo amenazando la Mascarada y el éxito de esta misión con su accionar- hizo una vista panorámica – ahora, en marcha, debemos encontrar al Nosferatu antes de que cause un daño que no podamos reparar

Aquel burdo intento de vástago demasiados problemas causaba, desobedecía órdenes directas de manera sistemática, ponía en práctica y sin pensar razonamientos dignos de un chimpancé y tenia el tupe de levantar sus sucias y despreciables manos en contra de alguien como Tormus ¡Insolente y estupido!
De pronto una muy clara secuencia se sucedió ante los ojos de la Arpía y pudo ver al mismo monje que buscaba, el que su mente intentaba encontrar descendiendo al alcantarillado, por una entrada que podía reconocerse fácilmente, y llevando a alguien en sus brazos. Llevando nada más y nada menos que el cuerpo inanimado de su hermana Natasha…

Sin vacilar Tormus tomó el camino más rápido para llegar junto al fugitivo esperando que su grupo el siguiera.

¿Que había sido esa visión? No se trataba de una premención, había sido más real, más extraño, como si sus sentidos se extendieran más allá, pero sin abandonar su cuerpo. Tormus no sabia de que se trataba, pero algo si sabia, era real, lo había “vivido”

Zora, por toda respuesta, encajó una de sus cimitarras en la pierna de Kojiro (2 letales) y luego condujo con tranquilidad sin hablar.

- Dije que guardaras silencio, pero parece ser que tu sire no te enseñó a no importunar a tus mayores - le miró tras largos instantes sin decir nada... - irás a Berlín Oriental, te colarás y ahí buscarás a quien debiste haber buscado desde el inicio... me debes un favor de vida, por cierto... - le miró - tu sire te hubiera matado de saber la tontería que hiciste...

Le dejó en un callejón solitario y quitó la cimitarra de su pierna.

- Eres libre, ahora haz lo tuyo - fue todo lo que dijo antes de bajarse del automóvil y desaparecer en el aire.

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Si decides ir a Berlín Oriental, allá postearás... si decides seguir por acá, bueno, pues sigues por acá...

Sorry la demora...

... sin decir nada mas Kojiro encamino sus pasos hacia la parte oriental de la ciudad, *cerro* su herida y *desaparecio* confundido entre las sombras con un paso *silencioso* mientras pensaba, "para ser assamita deja mucho que desear con el conocimiento de las tradiciones, un favor a un hermano de clan nunca se cobra, pero bueno ya aprendera con los años y la experiencia, por lo pronto busquemos a ese ¿como se llama?, creo que Aril o Azil, bueno llegando a donde voy checo mis papeles, por lo pronto tratare de cruzar el muro"... asi pensaba Kojiro mientras se alejaba en direccion a la parte sabatica de Berlin.

Ricardo continuó caminando por el túnel hasta que encontró una bifurcación, una disyuntiva en la que ninguna de las opciones parecía ser mejor que la otra, pero cuando recurrió a sus sentidos sobrenaturales, un ligero olor casi perdido, llegó a su nariz y le hizo pensar en gotas de vitae que corrían sobre un cuerpo lozano y una piel suave, tibia, llena de cariño hacia é.

Recurriendo a la velocidad sobrehumana que la sangre le proporcionaba, reemprendió la carrera por el lado izquierdo, esperando llegar pronto a su fuente. Sin embargo sus esperanzas se vieron truncadas cuando doscientos metros más adelante llegó a un callejón sin salida, que empezó a examinar con meticulosidad centímetro a centímetro, hasta que un monumental estruendo le dejó completamente sordo y sintió que su alrededor le daba vueltas, como si fuese un humano mareado... el piso se sacudió violentamente y una nube de polvo, procedente del túnel a su espalda lo envolvio.

Con un zumbido incesante, y oyendo las cosas a su alrededor como si estuvieran a centenares de metros, Ricardo dio un par de pasos vacilantes hacia el frente, hasta que poco a poco fue recuperando la vertical. Continuó caminando hacia adelante intentando vislumbrar de donde procedía aquella luminiscencia que acababa de aparecer entre la oscuridad de aquella maldita galería.

Poco a poco el polvo empezaba a asentarse, revelando una pequeña grieta sobre la pared, otra barrera más, que esta vez parecía hecha de hormigón puro... aunque ahora parecía que sus ojos podían notar algo más, una pequeña mancha ya de color café en el suelo, que le llamaba con fuerza...

Risas al final del corredor, risas que helaban la sangre mientras la palma mano caía sobre el piso y unos pequeños hilos de sangre se vislumbraban en ella... la misma mano volteó para sostenerse y quizá levantarse, un anillo conocido, un gemido de dolor y ella se levantó con el vestido hecho jirones, para luego tomarse el vientre lastimado y vomitar sangre al piso, llena de dolor...

La sangre del Lasombra parecía hervirle dentro de sus venas, y todos sus músculos se encontraban en tensión. Aprovechando que estaba agachado, tomó impulso como lo haría un atleta en una carrera, y embistió con todo su peso y fuerza el muro que lo separaba de su presa.

Golpeó la pared una y otra vez hasta que ésta cedió durante un embate que le hizo irse de bruces contra el suelo, mientras que los cascotes que cayeron arrojaron sobre él una lluvia de agua pestilente y llena de inmundicias, estaba en las alcantarillas de nuevo.

El lugar parecía tranquilo, el agua corría mientras algunas ratas parecían esconderse. Nada más era de interés, si no fuera porque sentía algo extraño... muy extraño, como una llamada para continuar hacia la izquierda, y con la casi absoluta certeza de que caminaba hacia una trampa, giró hacia la fuente de aquella extraña sensación. Fuera lo que fuera le daría el siguiente paso a seguir.

Caminó y caminó hasta salir del agua, las ropas llenas de suciedad, el cuerpo mismo, pero la sensación continuaba, quizá alguien lo estuviera convocando, pero algo parecía hacerlo más poderoso... y, al mismo tiempo, diferente.

Dispuesto a no perder ni un segundo de su tiempo, y sin prestar atención a la inmundicia que lo cubría, aceleró el paso mientras intentaba escuchar por encima del murmullo del agua y las ratas, y poco después, encontró lo que buscaba... o al menos una señal de que iba por buen camino, la muda de piel de una serpiente que a pesar de la oscuridad de la esquina en la que se encontraba, parecía brillar.

Con un gesto de decepción continuó su camino. Si todo lo que aquel desgraciado podía poner de por medio era otra de aquellas alimañas es que había subestimado con mucho a su enemigo.

Un nuevo hueco en la pared apareció ante sus ojos, y con paso firme se adentró en él, caminando con el mismo ritmo que traía desde las cloacas y pendiente de cualquier movimiento a su alrededor, llegando a lo que parecía ser un sótano en desuso a juzgar por la capa de polvo que lo cubría, y en cuyo fondo había unas escaleras por las que llegaba la luz siempre cambiante del fuego.

Ricardo subió a buen paso los escalones, manteniendo las manos cerca de sus armas viendo al final una puerta entreabierta a través de la cual alguien parecía susurrar algo... parecido a una plegaria en una lengua extraña, a juzgar por la cadencia y las pausas.

Con una brutal patada a la puerta, el Lasombra irrumpió en la habitación mientras desenvainaba sus armas, provocando que Bacon se levantara y le mirara azorado, sin comprender. Parecía rezar sobre una mesa que tenía algo cubierto por una sábana negra.

De inmediato el gangrel se interpuso entre la mesa y la imponente figura del Lasombra, rodeada de sombras en continuo cambio, y de la que emanaban dos tentáculos oscuros y de aspecto frío que parecían agitarse con vida propia para intentar golpearlo o agarrarlo.

Bacon logró esquivarlos y gruñó.

-No te acercarás a mi señora - bufó con rabia, y justo en el momento en el que terminó la frase, un giro de muñeca del magistri le hundió la empuñadura de su espada en el rostro antes de que pudiera reaccionar.

La nariz fue rota con gran contundencia y parte de la cabez de Bacon cayó hacia atrás arrastrando tras ella el resto del cuerpo, que tomó la sábana con las manos en el momento que caía al suelo, revelando un pedazo de un vestido...

El Lasombra se arrojó sobre su oponente como un tigre sobre su presa mientras dejaba caer sus armas. Apenas sí llegó a vislumbrar lo que la sábana ocultaba, pero su mente estaba centrada en otro asunto.

Libre del yugo de la Bestia, toda su energía se concentraba en causar a aquel bastardo todo el dolor que pudiera sin llegar a eliminarlo, por lo que sujetando la cabeza de Bacon con una mano, descargó su puño con toda su furia sobre cara, dejando después que la nuca rebotase sobre el piso.

El golpe le destrozo la quijada, que quedó colgando de forma antinatural, y la cabeza rebotó contra el piso mientras Bacon gruñía y la sábana caía sobre ellos...

Aparentemente ajeno a lo que ocurría a su alrededor, Ricardo volvió a alzar su puño envuelto en sangre, dispuesto reducir a pulpa la cara del gangrel, que en el momento en que iba a recibir el impacto, se evaporó en una ligera niebla, haciendo que golpeara contra el suelo con un estruendo, siendo esta vez lo huesos del lasombra los que crujieron por el impacto.

La niebla empezó a alejarse de él, lentamente y rápidamente el magistri se arrojó sobre la antorcha que iluminaba la habitación, situada sobre la mesa que el gangrel había intentado proteger.

Cuando la tomó en sus manos, la antorcha iluminó un rostro que Ricardo hubiese estado seguro de jamás volver a ver mas que en sus peores pesadillas, quedando inmóvil, incapaz de decidir qué hacer durante unos segundos, hasta que olvidando al gangrel, se lanzó sobre el cuerpo intentando encontrar algún signo de vida en él.

-Está en torpor - dijo el Gangrel a sus espaldas...

Ricardo salió de su ensimismamiento al escuchar la voz del gangrel, y tomando la antorcha se giró con una mirada de intenso odio en sus ojos.

-Explícate y quizás te permita salir con vida de esta habitación -fue todo lo que dijo

-El odio no debe estar dirigido a mí -dijo-. Fue tu señora quien la dejó en este estado, bueno, los suyos...

Sentía a la Bestia cada vez más a flor de piel, lista para tomar el control en cuanto bajara la guardia.

-Mientes, es un ghoul, no puede entrar en letargo.

-Ya no es un ghoul -le miró-, es un vástago... una Ventrue, cortesía del amante de tu sire.

Ricardo miró a los ojos a Bacon, intentando encontrar un atisbo de mentira en ellos, pero lo que vio no le dejó lugar a dudas, aquel desgraciado decía la verdad.

La madera de la antorcha crujió bajo la férrea presa del lasombra, que avanzó un paso en dirección a Bacón mientras que las sobras se movían a su alrededor y los tentáculos se erguían amenazadores.

-No puede ser cierto, Taris dijo que estaba muerta –una marea de ideas contradictorias empezó a llegar a su mente. Por un lado sabía que el gangrel decía la verdad, pero por otro se negaba a creer que Taris hubiera hecho aquello

-Está muerta -dijo Bacon-, no te mintió... Sólo que no te dijo toda la verdad...

Ricardo dio un amenazador paso hacia adelante mientras sonreía con amargura rememorando noches pasadas, viéndose frente a ella pidiéndole perdón por lo que había hecho. ¿Cómo se había atrevido a reaccionar así? Es más, ¿cómo se había atrevido siquiera a mirarlo a la cara en los días anteriores mientras le ocultaba la verdad?

-¿Por qué está aun con vida y en tu poder?

-Yo la rescaté -dijo Bacon-, yo le ayudé, pero no pude sacarla de su letargo -gruñó.

Aquello no iba a acabar bien, no podía entender los motivos que movían a casi ninguno de los implicados.

-¿Por qué, por qué la ayudaste? No te lo preguntaré otra vez.

-Ella llegó a mí, pero no tengo tu poder -le miró-, soy octava generación...

Aquellas respuestas estaban acabando con la escasa paciencia del lasombra, que dio otro paso en dirección a Bacon.

-¡Explícate!

-Ella corrió y yo me la encontré... escapamos juntos de esos sujetos...

Respuestas vacías y evasivas, cada una de ellas acercaba más las tijeras de oro de la parca al hilo del gangrel.

-¿Cómo entró entonces en letargo y porqué la has mantenido con vida?

-Porque ella me pidió que, si la encontrabas, te condujera a ella... y la he mantenido con vida porque tengo una deuda de gratitud.

Si seguía por aquel camino sólo dos vástagos saldrían con vida de aquella estancia, y tenía muy claro cuáles serían. Una vez fuera, si alguien se atrevía tan sólo a mirar mal a Estrella aduciendo que estaba corrupta o que servía al infernalista, no terminaría esa noche con vida.

-Estás agotando mi paciencia. Cuéntamelo todo o dejarás de serme útil.

-Mátame y ella se alejará de ti -dijo Bacon mirándole con confianza- porque yo la ayudé en todo momento desde que llegó a mi lado, desde que ese Ventrue la ha estado buscando y queriéndola eliminar.

-El ventrue está muerto -dijo Ricardo con tono apesadumbrado- y para mi desgracia no cayó por mi mano.

Bacon asintió.

-¿Cayó en manos de Taris?

La mención a su sire le causó una punzada de dolor. No tenía ni idea de qué la había llevado a actuar de esa manera, y mucho menos de cómo reaccionaría al verla, pero no parecía que las cosas fueran a acabar bien entre ambos.

-Sí, pero no es lo que más me preocupa. Me cuesta creerme tanto acto de bondad por tu parte después de todo lo que has hecho...

-Lo he hecho porque Taris quiso destruirla y yo la he protegido a capa y espada... además -se quedó callado...

-¡¿Además qué?!

-Ellos mataron a mi sobrina y a mi sobrino...

La voz de Ricardo adoptó un tono irónico.

-Seguro, al igual que al toreador cuyas cenizas intentaste hacer pasar por las tuyas.

-Ese toreador intentó matarla...

-Claro, un peligroso Toreador intentando acabar con un vástago de 6º generación. ¿Pretendes negar que has estado ayudando al infernalista?

Bacon le miró con cierta molestia.

-No me creas entonces, pero dime qué podías hacer tú cuando eras un neonato de días de abrazado - le miró duramente.

-Con el poder inherente a la sangre de su sire... mucho más de lo que crees. -paró durante un segundo-. Antes la has nombrado como tu señora ¿Por qué?

-Porque ella me ayudó -gruñó Bacon-, te dije que le tenía una deuda de gratitud

-¿Qué deuda de gratitud?

-No preguntes -gruñó.

¿Con quién pensaba aquel estúpido que estaba hablando? Una impertinencia más y posiblemente perdiera el control.

-¡CONTESTA!

Bacon comenzó a transformarse de nuevo en niebla cuando Ricardo pasó a ser un borrón a sus ojos. Alzándola con la pierna tomó una de sus falcatas del suelo, y de un tajo limpio cercenó sesgadamente la antorcha, hundiendo el resto afilado que había quedado en su mano en el pecho del Gangrel.

Sosteniéndolo en el aire el lasombra lo miró a los ojos.

-Me dejas pocas opciones. Puedes hablar ahora conmigo, y si Estrella confirma tus palabras puedes estar seguro de que no encontrarás a nadie más dispuesto a ayudarte que yo, o puedes tratar con la gente del principado en cuanto os saque de aquí. Tú decides, pero no te recomiendo que intentes escapar de nuevo -dicho esto sacó la estaca con un tirón seco.

-¿Qué quieres saber?

-Cualquier cosa relevante acerca de ella, y eso incluye cualquier tipo de vínculo que puedas tener.

-Me salvó la vida... -le miró- Es todo...

Ricardo fingió incredulidad, casi repitiendo las palabras de Bacon.

-¿Cómo un neonato de pocos días puede salvar a un vástago de varias décadas y por qué tenías tantas reticencias a contármelo?

-Fue como ghoul...